Paseo por la vega del Jarama y las lagunas de Belvis


Nuestro recorrido parte de Paracuellos del Jarama y discurre por senderos que recorren los márgenes del madrileño río Jarama

En ruta
Por José Ángel Macho Barragués
Si existe un río mítico en la Comunidad de Madrid, aparte del Manzanares, ese es el Jarama. Escenario de una de las obras cumbre de realismo social, como es la novela de Sánchez Ferlosio, El Jarama, o de una de las batallas más íconicas de la Guerra Civil, este río aporta una naturaleza salvaje al paisaje madrileño digna de admiración.

Entorno de la lagunas de Belvis. Foto: José Ángel Macho Barragués.

Parece increíble que una ciudad como Madrid conserve en la actualidad tesoros naturales a escasos kilómetros de un aeropuerto de la envergadura de Barajas. Pues sí, existen todavía supervivientes a la construcción y el desarrollo urbanístico como este espacio natural único que alberga un sinfín de valores naturales. Este entorno natural, podrá ser descubierto partiendo desde la localidad de Paracuellos del Jarama por senderos que recorren los márgenes del río Jarama hasta llegar a la vecina localidad de Belvis del Jarama.

«Si existe un río mítico en la Comunidad de Madrid, aparte del Manzanares, ese es el Jarama«

En cuanto a la vegetación presente, este enclave natural es una enciclopedia botánica que nos permitirá disfrutar de especies como el chopo blanco y negro, lúpulo, tamarindo, fresno e incluso el olmo, especie espartana, siendo pocos los pies de este árbol que han sobrevivido a la grafiosis. Las protagonistas de este paraje son, sin duda alguna, las especies lacustres. Toman su nombre del latín lacus, cuyo significado es lago. Este tipo de plantas conforman un paisaje pantanoso que resulta ideal para las puestas de anfibios, reptiles e insectos. En los fondos de sus balsas de agua, la carpa habita en total armonía con él entorno.

Lagunas de Belvis. Foto: wikiloc.

Especies de aves, como el ratonero, águila real, cigüeña, jilguero, golondrinas, etc., dan vida al paisaje del bosque de ribera que acompaña al cauce del Jarama, incluso se podrá disfrutar del vuelo (signo de buen augurio) de la oropéndola. Los anfibios son los reyes de las charcas totalmente naturalizadas que salpican las zonas cercanas del Jarama. Jabalís, liebres y conejos huyen con el sonido de las pisadas de los viandantes.

Entorno natural de la lagunas de Belvis. Foto: José Ángel Macho Barragués.

El culmen de este espectacular paisaje son las lagunas de Belvis, depresiones inundables formadas debido al alto nivel freático y la extracción de gravas en el pasado, se asemejan a típicos paisajes pantanosos totalmente naturalizados que permiten albergar un sinfín de vida en sus entrañas. En sus inmediaciones, es común observar el cortejo del pato cuchara rodeado y protegido de juncales y espadañas que permiten a estas lagunas ser inaccesibles y aumentar su nivel de conservación. En cuanto al análisis paisajístico, si los espejos que forma el agua son uno de los sellos de identidad de las postales de los Alpes, aquí tenemos una postal madrileña que no desentonaría en las obras más destacadas de los pintores impresionistas.

«Los anfibios son los reyes de las charcas totalmente naturalizadas que salpican las cercanías del Jarama»

Este recorrido propuesto consta en total de unos 9 kilómetros, ida y vuelta, partiendo desde un apartadero en la entrada norte de la localidad de Paracuellos del Jarama, al que se llega por la carretera M-111. Se trata de un sendero no excesivamente frecuentado que acompaña el margen del río Jarama hasta llegar a las lagunas de Belvis, siempre en dirección ascendente. Durante la ruta, se nos presentan numerosas oportunidades para parar y poder observar la naturaleza madrileña en su máximo esplendor.

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