Desde El Atazar hasta el Pontón de la Oliva: el curso más bello y olvidado del Lozoya

garganta de caleriza. Autor Sergio lucas
Al noreste de la región encontramos un espectacular paraje donde el agua es el gran protagonista. Un singular enclave, ideal para pasear y disfrutar en familia en plena naturaleza

En ruta
Por José Ángel Macho Barragués. Ingeniero agrónomo
El rio Lozoya nace en las inmediaciones del pico de Peñalara y es afluente del río Jarama. Se trata del principal proveedor de agua potable de la comunidad autónoma y sus aguas son almacenadas hasta en 5 embalses diferentes, además la calidad de éstas es de una gran pureza dado que fluye principalmente sobre terrenos graníticos que no permiten arrastrar materiales que la perturben al contrario de lo que ocurre cuando los terrenos son calizos.

Presa del Pontón de la Oliva. (Foto: Diego Sanz Siguero).

Presa del Pontón de la Oliva. (Foto: Diego Sanz Siguero).

El espacio natural que se ubica entre la presa del pantano de El Atazar y la antigua presa del Pontón de la Oliva está vertebrado por el curso bajo del río Lozoya, convirtiéndolo en uno de los enclaves naturales más emblemáticos, mejor conservados y recónditos de la Comunidad de Madrid. Al inicio de esta ruta podemos disfrutar de una de las postales más espectaculares de este recorrido. Merecedora de un capítulo aparte debido a su historia e importancia, aparece la vetusta presa del Pontón de la Oliva custodiada por la majestuosa garganta de Calerizas.

Esta asombrosa obra de ingeniería hidráulica que impresiona nada más verla, acentúa su esplendor si alzamos la vista sobre el espectacular escalerón de roca caliza que la custodia. En este gran roquedo, si los días son soleados, podremos observar a los osados escaladores que intentan alcanzar sus cimas a través de las diferentes vías habilitadas para ello.

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Río Lozoya a su paso por la garganta de Calerizas. (Foto: José Ángel Macho Barragués).

Un refugio para la naturaleza
Durante esta excursión podremos atisbar sobre los esbeltos meandros que dibuja el río Lozoya el vuelo del buitre leonado, el sigiloso correteo de la musaraña o el nado glamuroso de la nutria. Junto al río descubriremos diferentes especies de árboles de ribera como el fresno o el chopo. También son habituales las zonas de grandes praderas junto al lecho del río, destacando la que encontramos en las proximidades de la presa de la Parra. Hacia el final de nuestro destino, nos toparemos con un paisaje totalmente diferente, ya que en el tramo que transcurre a los pies del cerro de Navalejos. Allí el curso del río se ve rodeado y encajonado por los roquedos que bordean la espectacular cercana presa de El Atazar.

Los valores paisajísticos y ecológicos del curso bajo del río Lozoya han hecho posible el asentamiento en sus aledaños de diferentes pueblos a lo largo de la historia de la humanidad. Muestra de ello es el yacimiento arqueológico del cerro de la Dehesa de la Oliva, lugar que fue ocupado por diferentes culturas y donde se han encontrado restos arqueológicos que van desde el Paleolítico hasta la Edad de bronce. Además, desde este punto tendremos las mejores vistas hacia ambos sentidos de los cañones que ha formado el río Lozoya en el tramo que discurre justo antes de encontrarse con el Jarama.

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Barranco cercano al Pontón de la Oliva donde se practica la escalada. (Foto: José Ángel Macho Barragués).

La ruta
El recorrido propuesto se recomienda realizarlo en sentido contrario al curso del río, es decir, partiendo desde el aparcamiento del Pontón de la Oliva, situado junto a las ruinas de la ermita de la Virgen de la Oliva y a escasos kilómetros de la población de Patones de Abajo. A través de un camino que alterna tramos de senda y de pista forestal iremos acompañados siempre a nuestra derecha por el curso del río Lozoya hasta las mismas inmediaciones de la presa del pantano de El Atazar durante aproximadamente 4-5 kilómetros.

Para la vuelta podremos volver por el mismo sendero o tomar a mitad de camino un desvío hacia la derecha que nos conduce hacia el aparcamiento de donde partimos, pero esta vez pasando por al cerro de la Dehesa de la Oliva. Existen otros espacios naturales cercanos dignos de conocer como las Cárcavas de Alpedrete o la cueva del Reguerillo. Sin duda, también merece una visita el Pueblo de Patones de Arriba, integrado en el programa turístico ‘Villas de Madrid’, donde se incluyen una serie de localidades madrileñas que destacan por su riqueza patrimonial, artística y natural.

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