Ruta de los puentes medievales de Canencia

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El recorrido de este mes nos permitirá conocer hasta cuatro espectaculares puentes de origen medieval que han llegado prácticamente intactos hasta nuestros días

En ruta
Por José Ángel Macho Barragués. Ingeniero agrónomo
Hablar de Canencia es hacerlo de uno de los municipios de mayor importancia dentro del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama desde un punto de vista medioambiental. Entre las diferentes alternativas que esta villa ofrece a los senderistas, está vez hemos optado por la ruta que discurre siguiendo el curso natural del arroyo Canencia hasta las proximidades de su desembocadura en el río Lozoya.

En ruta en busca de los puentes medievales
Los dos primeros los encontraremos muy cerca del mismo núcleo urbano. Al sur veremos el puente Cadenas, seguramente el menos conocido y visitado, pero realmente puede resultar el más auténtico de todos gracias al entorno en el que aparece actualmente, rodeado de vegetación y junto a las ruinas de lo que fue un antiguo molino. Este puente estrecho destaca por tener un solo arco de forma apuntada.

Puente del Congosto

Puente del Congosto

Ya en la pista que nos conduce hasta el río Lozoya, asoma el puente Canto. Ubicado a las afueras del pueblo de Canencia y junto a una pequeña área recreativa, este puente presenta dos arcos asimétricos, un mirador y dos contrafuertes. Varios kilómetros más abajo, justo en la desembocadura del arroyo Canencia, observamos el puente Matafrailes. Construido aprovechando un encajonamiento natural del arroyo, tiene un solo arco de gran altura.

Una vez llegados a este punto, merece la pena seguir el curso del río Lozoya un par de kilómetros aguas arriba para disfrutar del más salvaje de estos puentes, el puente del Congosto, perteneciente ya al termino municipal de Lozoya. Destaca también por estar construido en un encajonamiento natural del río sobre grandes rocas graníticas que hacen que el agua fluya con gran fuerza creando un paisaje repleto de movimiento que resulta realmente maravilloso de contemplar.

«Justo en la desembocadura del arroyo Canencia, observamos el puente Matafrailes»

Una rica biodiversidad
Entre la flora que viste esta parte del valle medio del Lozoya destacaremos un pequeño bosquete de arce de Montpellier que encontramos en las inmediaciones del puente del Congosto, esta especie no autóctona y originaria de climas más fríos ha encontrado un pequeño reducto junto al río Lozoya, siendo uno de los pocos ejemplos de este tipo de bosque localizados en la zona centro.

Durante nuestro camino, discurriremos entre zonas de dehesas con praderas y robles melojos donde pasta el ganado y junto a los cauces veremos diferentes especies vegetales típicas ribereñas. También podremos divisar desde la distancia el bosque de sabinas presente en el cerro del Chaparral, una auténtica y singular masa vegetal de la Sierra de Guadarrama asentada sobre terrenos donde destaca la presencia de un tipo de roca tan singular como es el gneis.

El ruiseñor y el escribano son algunas de las aves que habitan estos bosques en los que el corzo ha encontrado también cobijo. El aislamiento, su complicada accesibilidad y su escasa contaminación han permitido declarar el curso alto del arroyo de Canencia (desde su nacimiento hasta su paso por la localidad homónima) como reserva natural fluvial por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

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Cerro del Chaparral.

Representativo del ecosistema típico de río de alta montaña, sus aguas discurren a través de un terreno de gran pendiente descendente, albergando diferentes especies de peces autóctonos como la bermejuela, el barbo común o la lamprehuela. Tal es la riqueza natural de este paraíso fluvial que resulta ideal para la presencia de anfibios como el sapillo pintojo o el tritón, reptiles como el galápago leproso y el europeo o mamíferos como la nutria.

«El ruiseñor y el escribano son algunas de las aves que habitan estos bosques»

El itinerario
Partiremos desde el mismo pueblo de Canencia siguiendo siempre el curso del arroyo que lleva el nombre de este municipio serrano hasta su desembocadura, donde tomaremos una pista forestal que nos conduce hasta el mismo puente del Congosto. Una vez allí, retornaremos por el mismo camino; en total unos 15 km que, si se realizan de forma tranquila y con tiempo, no resultan excesivamente extenuantes.

En las inmediaciones podremos disfrutar de otros lugares con gran interés natural como el puerto de Canencia o el pantano de Pinilla del Valle. También, cómo no, resaltar la rica gastronomía de la zona que ofrece diferentes estilos de carne de ternera con el sello IGP Sierra de Guadarrama.

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