El origen legendario de los topónimos serranos


La procedencia fantástica de las denominaciones de algunas poblaciones de la Sierra se han conservado por su belleza narrativa 

De leyenda
Por Rosa Alonso
En ocasiones, hemos recordado en De leyenda el nacimiento legendario de diversas formaciones como Peña Citores y Dos Hermanas –la historia de Raimunda, Leocadia y cierto monarca-, La Maliciosa –una vieja arpía de Cercedilla-, o la archiconocida Mujer Muerta que cuenta con varias versiones. En la sección que cierra este año 2017 recordaremos la etimología, en ocasiones épica, de algunos lugares emblemáticos de la Sierra de Guadarrama, entre ellos Manzanares el Real y Robledo de Chavela.

El origen de nombres como Guadarrama y Robledo de Chavela
Dar un nombre no siempre es una tarea fácil y, por ello, el ser humano ha recurrido a comparaciones o unión de entes designados con anterioridad. En este sentido, Guadarrama se llama así por asemejarse a un “río de arena”, o lo que es lo mismo, Guad-er-Ramel en árabe.

Soldados durmiendo.

En cambio, en otras ocasiones, los lugares se denominan por la presencia y abundancia de ciertos elementos. Así nos encontramos a Zarzalejo –zarza-, Navalespino -nava y espino, un arbusto-, La Pedriza -piedras y peñascos- y Fresnedillas –fresno-, además de un largo etcétera entre los que también podríamos destacar Los Molinos (molinos harineros) y Las Herreras (herrerías).

«En cambio, en otras ocasiones, los lugares se denominan por la presencia y abundancia de ciertos elementos«

Sin embargo, también hemos visto que la denominación de algunos territorios de la Sierra de Guadarrama cuenta con un nacimiento legendario, tal y como se explica al inicio del texto. Siguiendo este espíritu, nos encontramos con el caso de Robledo de Chavela.

Es sencillo reconocer que Robledo procede de roble, pero la procedencia de Chavela no es fácil de identificar y es aquí donde entra la leyenda: según la tradición oral, el castillo de Robledo –hoy iglesia- era custodiado por ocho soldados que hacían guardia día y noche. Este fenómeno provocó que comenzaran a ser conocidos como “los ocho en vela” y que de ahí se acortara el término hasta llegar a “chavela”.

Nace Manzanares y llegará a ser Real
Para cerrar esta sección dedicada a los topónimos serranos y su origen legendario, no podíamos dejar pasar el correspondiente a Manzanares El Real que destaca por su belleza narrativa. Comenzando por lo más elemental, la denominación de Manzanares viene dada por el río que enmarca el territorio y, por tanto, debemos detenernos en la procedencia del caudal que atraviesa la Comunidad de Madrid y llega hasta el Jarama.

«Para cerrar esta sección, no podíamos dejar pasar el correspondiente a Manzanares El Real«

Río Manzanares.

Según se ha conservado, este río era conocido como ‘Guadarrama’ y cuenta la leyenda que cambió su denominación, tomando los apellidos de los dos gitanos que profetizaron su nacimiento, siendo estos Marcia y Henares. De ahí habría derivado a Manzanares. Un origen demasiado poético para los que afirman que Manzanares procede sencillamente de la abundancia de manzanos en el territorio. Sea como fuere, Alfonso X incorporó a la corona el lugar, impulsando así el nacimiento de Manzanares El Real.

Estos ejemplos y muchos más fueron recogidos por Javier Leralta en su obra Madrid: Cuentos, leyendas y anécdotas. Volumen II en 2002 y cuya lectura es absolutamente recomendable.

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