Descubriendo la Edad Media y el impresionismo francés a las puertas de la Sierra Norte madrileña
En ruta
Por José Ángel Macho Barragués. Ingeniero agrónomo
Encuadrada en nuestra querida Sierra Norte, esta discreta ruta une dos de sus poblaciones a través de antiguas cañadas y senderos que trascurren de forma comedida entre ganado, especies vegetales típicas de matorral mediterráneo y arroyos que nutren el gran ‘océano’ madrileño del embalse de El Atazar.
La ruta propuesta une de forma circular las localidades de El Berrueco y Sieteiglesias. Se trata de un trayecto en el que podremos apreciar y disfrutar del entorno que ofrece una de las puertas de entrada a la zona oriental de la comarca de la Sierra Norte. Estos pueblos serranos se encuentran muy naturalizados y moderadamente bien conservados, en parte gracias a la práctica de una arquitectura no excesivamente agresiva, solamente perturbada en ocasiones por el avance de las temidas urbanizaciones.
Estas poblaciones se encuentran rodeadas de naturaleza y de una abundante vegetación, siendo el matorral mediterráneo el protagonista, ya que cantuesos, romeros, jaras, carrascas y enebros dan un color y un aroma que sólo es invadido en ocasiones por pequeños bosques de ribera que acompañan los numerosos arroyos y riachuelos que jalonan esta comarca o bloques de granito aislados que pueblan grandes extensiones de pradera donde asoman las exquisitas collejas o diferentes tipos de hongos.
“Estos pueblos serranos de Sieteiglesias y El Berrueco, se encuentran muy naturalizados y moderadamente bien conservados”
Sin duda alguna, hay que destacar durante el recorrido propuesto, el entorno que encontramos dibujado -cual lienzo impresionista francés- al llegar al llamado ‘puente romano’ de Sieteiglesias. Un paisaje que nos conducirá por momentos a la Edad Media cuando la única forma de vadear los caudalosos arroyos era atravesando estas construcciones en piedra que afortunadamente todavía hoy se conservan.
Este paisaje puramente impresionista está jalonado por un bosque de ribera que se encuentra en muy buen estado de conservación y donde sobresale una imponente aliseda en forma de galería que emerge de los márgenes del arroyo Jábalo. Esta especie de árbol de ribera resulta singular por ser muy poco común en la Comunidad de Madrid. En las inmediaciones del arroyo se pueden encontrar zonas de descanso naturales que servirán de reposo y respiro permitiendo por momentos mezclarse y regocijarse con la naturaleza más salvaje.
El conocido como ‘puente romano’ de Sieteiglesias y su entorno son uno de los puntos más atractivos de esta ruta. Se trata de un puente de origen medieval que permitía vadear el arroyo Jóbalo uniendo estas dos poblaciones serranas, formando parte además de la calzada romana que unía el valle del Jarama con la villa medieval de Sepúlveda. Está construido en piedra, principalmente granito y a lo largo de la historia ha sufrido varias reconstrucciones. En la actualidad consta de un solo ojo con arco de medio punto.
En cuanto a su valor histórico, cabe destacar que parte del entorno de nuestro recorrido está incluido en la ruta turística de los castillos, fortalezas y atalayas de la Comunidad de Madrid. Algunos ejemplos de esta arquitectura son la atalaya islámica de ‘Torrepedrera’ en El Berrueco o la ‘Torre de Mirabel’ en la localidad de Sieteiglesias, donde, además, destacan su necrópolis medieval y la iglesia románica de San Pedro Apóstol.
Recorrido
Partiendo desde la población de El Berrueco, a través de una senda que transcurre paralela a la carretera M-131, se accede al ‘puente romano’ y su aliseda. Desde este punto, continuando por el mismo sendero, se llega de forma directa hasta la localidad de Sieteiglesias. Una vez allí, se toma otra senda perfectamente indicada que baja directamente a las orillas del embalse de El Atazar y sus playas más concurridas. Desde el mismo pantano, tomando la conocida senda del ‘Genaro’, se llega al lugar de partida. En total, se recorre una longitud en torno a los 12 km y se invierte un tiempo aproximado de 3 horas contando las paradas.
“En total, se recorre una longitud en torno a los 12 km y se invierte un tiempo aproximado de 3 horas”
Epílogo
Aprovechando este espacio, cabe recordar que hoy más que nunca es necesario cuidar los espacios naturales, evitando siempre su contaminación, el abandono de basura y en definitiva el deterioro de estos lugares mágicos de los que tanto nos gusta disfrutar durante nuestro tiempo libre. Resulta penosa y decepcionante la actitud de algunas personas que utilizan el entono del embalse de El Atazar para acampar y montar su chiringuito particular con sombrillas y altavoces.
También aprovecho para dar a conocer el uso desmesurado por parte de conductores de motos y vehículos de la carretera comarcal M-127, como si del circuito de carreras del Jarama se tratara.