El Moro de la Almenara

Los restos arqueológicos musulmanes que alberga recuerdan la historia del moro desconocido que continúa advirtiendo legendariamente con su hoguera a los guardias de Toledo del ataque de los cristianos

`De leyenda´
Por Rosa Alonso

Al caer el sol en la Sierra de Guadarrama, no todo se hace oscuridad, pues una luz se enciende cada atardecer en la cima de la Almenara. Esta formación rocosa con nombre árabe, `el lugar de la luz´, es el segundo monte más alto del municipio de Robledo de Chavela (Madrid) con 1.200 m de altitud que se yergue a 65 km de la Capital, entre las cadenas montañosas de Guadarrama y Gredos.

Del fuego a la electrónica

Aunque Robledo supera los 3.500 habitantes, le pertenecen varios despoblados como Navahonda y Carbonera. En 1964 su nombre se hizo famoso y consiguió ocupar muchas portadas: los técnicos de la Nacional Aeronautics and Space Administration (NASA) decidieron construir en España una Estación de Seguimiento Espacial y esta pequeña población, debido a su fortuita localización en el planeta Tierra, fue la elegida.

Desde entonces, y han pasado más de 40 años, la Estación es el punto central de una línea recta de comunicación, cuyo inicio se encuentra en Goldstone (California), en el desierto de Mojave, y finaliza en Canberra (Australia). Este trazo imaginario permite que la rotación natural de la Tierra no interfiera en la recepción y envío de señales y, así, las naves que orbitan alrededor no perciban interferencias.

Los 100 km que separan Robledo de Chavela de Toledo pueden parecer una nimiedad, comparados con los más de 10.000 millones que distan la Estación de Seguimiento de la sonda espacial Voyager II, enviada al espacio en 1977 y que todavía continúa en activo. Sin embargo, sí era un trayecto considerable en el tiempo de nuestra leyenda, pues  datan de casi 11 siglos antes de la invención del telégrafo. Era la época de la Reconquista, un  periodo de 800 años de lucha entre `moros y cristianos´ que acabó con la expulsión de los `infieles´ de la Península. Una situación de conflicto en la que, como en todas las guerras, la información sobre el enemigo era fundamental y suponían la diferencia entre una victoria o una derrota.

El fantasma de la Almenara

La hoguera, el sms de nuestros días, debía de ser encendida con el tiempo suficiente para que el asalto de los cristianos no pillara por sorpresa. Esta comunicación rudimentaria, que era usada mucho tiempo antes, ha llegado a nuestros días por las míticas películas norteamericanas del `salvaje oeste´. Las historias de este género, que llegaban desde Holywood, mostraban a los malvados `pieles roja´ creando complejos mensajes mediante círculos de humo concéntricos de diferentes tamaños. En realidad, los estudios han demostrado que estos debían ser muy simples y estar sujetos a continuos cambios, siempre por miedo a que el enemigo pudiera descifrarlos.

Llegados a este punto, podemos adivinar que el protagonista de esta leyenda no enviaba señales de humo, ya que éstas no llegarían hasta su destino, sino que únicamente creaba una luz y ésta, por sí sola, era el mensaje. No sabemos quién era este hombre, ni siquiera si murió al ser sorprendido en plena acción por los cristianos. Sólo podemos creer que su fantasma continúa allí, en la Almenara, y que cada noche advierte de un peligro venidero. ¿Podrá ser liberado algún día?

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