Nueva agresión a una vía pecuaria en El Boalo

En El Boalo vuelve a darse impunemente una nueva actuación destructiva contra una vía pecuaria

F. M. Azcárate/El Boalo. Se trata de la ampliación del camino existente en la Colada de Manzanares a Mataelpino, en las cercanías de la Ermita de San Isidro. Las obras de la Comunidad de Madrid han afectado a un tramo de unos 500 m. Como resultado, lo que era un vial no muy amplio  se ha transformado en una pista que llega a alcanzar hasta 20 m de anchura.

La actuación en la Colada de Manzanares a Mataelpino ha supuesto la destrucción completa del pastizal y vegetación acompañante, lo que no parece muy compatible con la conservación de ningún valor ecológico, cultural o ecológico, ni tampoco parece facilitar el pastoreo en la vía pecuaria. Por el contrario, el lugar es ahora una mera extensión de suelo desnudo por el que circulan a gran velocidad todo tipo de vehículos a motor (coches, motos, quads), que infringen flagrantemente la ley.

Un caso más para añadir a una larga lista

La maquinaria pesada utilizada provocó importantes movimientos de tierra, invadiendo incluso el dominio público del Arroyo del Molinillo.Lo más preocupante es que este caso no es sino una más de las numerosas agresiones a las vías pecuarias que se acumulan en El Boalo, Cerceda y Mataelpino (asfaltados, construcción de edificios, organización de rallyes, etc.), casi siempre promovidas o toleradas por las mismas administraciones públicas (Ayuntamiento y Comunidad) que deberían velar por su conservación.

Para recordar lo que es una vía pecuaria

Hay que recordar que una vía pecuaria no es simplemente un camino, sino una franja de terreno cuya anchura oscila entre los 10 m y los 75 m en función de su categoría. El aspecto tradicional de una vía pecuaria es el de una franja de pastizal con arbolado disperso en cuyo interior puede existir un camino de herradura. Antiguamente, las vías pecuarias servían para los desplazamientos estacionales del ganado (trashumancia y transtermitancia), uso que actualmente casi ha desaparecido, aunque aún es posible observar ganado pastando libremente en cañadas, cordeles y veredas.