Ya se cuentan por centenares las aves que han sido halladas muertas en diferentes puntos de la región, sin embargo, muchas personas hacen caso omiso de las medidas sanitarias
Opinión de El Guadarramista
Por Jonathan Gil Muñoz (Director)
No se le está prestando toda la atención que se debería a los múltiples casos de gripe aviar que a lo largo de lo que llevamos de año se han ido declarando en la Comunidad de Madrid. A mediados del pasado mes de febrero se detectó el primer brote en el embalse de Pedrezuela, en Guadalix de la Sierra, al que siguieron en diferentes meses brotes en Tres Cantos, Móstoles, Alcorcón y el último en Leganés, concretamente en el Parque de Polvoranca.
Aunque es difícil que este virus se transmita de las aves al ser humano, cabe una remota posibilidad, por lo que no hay que descuidarse y tomar las medidas oportunas. En este sentido, las diferentes lagunas que podemos encontrar en el Parque de Polvoranca están hoy delimitadas con una cita de seguridad con el objetivo de evitar que las personas se acerquen a ellas y den de comer tanto a los patos como a los peces, incluso hay carteles que avisan sobre este punto colgados de la propia cinta de seguridad, más yo creo que ya no se puede hacer para alertara los paseantes, pienso yo.
“Aunque es difícil que se transmita de las aves al ser humano, cabe una remota posibilidad, por lo que no hay que descuidarse”
Pues bien, durante el pasado fin de semana en este espacio verde periurbano de Polvoranca, que con el buen tiempo se llenó hasta los topes, y pese a la presencia y amonestaciones de los vigilantes de seguridad, se pudo ver a decenas de personas saltándose todas las prohibiciones establecidas para, atención, arrojar unos trozos de pan a unos hambrientos patos que acudían a toda velocidad allí donde veían que se les lanzaba comida. Unas personas irresponsables, que en muchas ocasiones estaban incluso acompañados de niños. Es decir, un cuadro que era digno de ver, aunque pensándolo bien, mejor que no.
Vamos a ver, como ya hemos dicho, es difícil contraer la gripe aviar, pero si tenemos en cuenta que los patos defecan en esas aguas verdosas de las charcas de Polvoranca el darles de comer tan cerca de ese entorno acuático puede sin duda aumentar la posibilidades de contagiarse, eso está claro. A mí no me entra en la cabeza que con todo lo que hemos pasado con el COVID-19, y seguimos sufriendo, que todavía esto no ha acabado, haya muchas personas que este tipo de advertencias no se las tomen en serio, tan en serio como el caso lo merece, que una gripe aviar no es ninguna tontería.
Los patos defecan en esas aguas de Polvoranca por lo que, darles de comer, puede sin duda aumentar la posibilidades de contagiarse
En fin, que como se suele decir, “más veremos”. Es verdad que, por pura estadística, siempre habrá gente que haga caso omiso a las advertencias, y cosas perores, pero no por ello tenemos que generalizar y poner a la misma altura a toda la ciudadanía, aunque cueste después de ver también infinidad de mascarillas tiradas por doquier en Polvoranca. En fin, seguiremos observano.