Comprueban el papel fundamental de los microrganismos subterráneos en la regulación de los gases de efecto invernadero

interiro_web_0Los ecosistemas subterráneos eliminan entre el 65 y el 90% del metano atmosférico, un gas de gran impacto en el calentamiento global 

Redacción/. Un equipo de investigación en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN-CSIC) acaba de presentar una investigación pionera que demuestra el papel decisivo que tienen los ecosistemas cavernarios en la regulación de gases de efecto invernado como el dióxido de carbono (CO2) o el metano (CH4), cuya acumulación en la atmósfera terrestre influye en el sistema climático de la Tierra. En el estudio, que se publica en la revista Science of the Total Environment, han comprobado la capacidad de la microbiota (conjunto de organismos microscópicos) presente en los ecosistemas subterráneos para eliminar (oxidar) entre el 65 y el 90% del metano, así como biomineralizar importantes cantidades de dióxido de carbono.

«Lo que hemos comprobado es que la microbiota, además de estar en la base de la cadena trófica por ser los nutrientes principales del conjunto de las especies que habitan en las cuevas, controla la concentración de gases de efecto invernadero», explica el investigador del MNCN, Sergio Sánchez-Moral. «Su papel en el secuestro de gases como el CH4 o el CO2 es decisiva y tiene una influencia directa en la presencia de estos gases en la atmósfera. El potencial de este descubrimiento es muy alto si somos capaces de aplicar los resultados en su mitigación mediante la bio-remediación», continúa.

Esta investigación se desarrolla en el marco del proyecto de investigación ‘Control Ambiental de la actividad microbiana en ecosistemas naturales subterráneos: implicaciones en flujos de gases de efecto invernadero, detección de bioseñales y estrategias de conservación’ (SUBSYST por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es determinar los mecanismos de interacción entre la microbiota y el ecosistema subterráneo, para cuantificar la contribución efectiva de estos ecosistemas al ciclo global del carbono.

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