‘Filomena’, tormenta de solidaridad

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Los efectos sobre las instalaciones de Brinzal en la Casa de Campo de la nevada que colapsó la ciudad de Madrid 

el Mirador
Por Patricia Orejas. Coordinadora en Brinzal
A lo largo de los más de 30 años de existencia del Centro de Recuperación para Rapaces Nocturnas de Brinzal nunca nada nos había impedido atender diariamente a las aves allí ingresadas, hasta los primeros días de 2021. La tremenda nevada que cayó de manera incesante sobre la ciudad de Madrid durante más de 24 horas, dejó en algunas zonas más de 60 centímetros de nieve, haciendo difícilmente transitable (incluso a pie) el camino hasta Brinzal, situado en plena Casa de Campo.

Pero más de un día era ya impensable dejar a los pacientes sin atención, mucho menos sin comida, así que un grupo de voluntarixs y trabajadorxs de Brinzal nos acercamos a comprobar el estado de los más de 70 ejemplares que en esos momentos se encontraban en el centro. Los primeros momentos fueron realmente descorazonadores: gran parte de las instalaciones de Brinzal estaban sepultadas bajo la nieve. Las ocho naves de vuelo de las que disponíamos estaban completamente hundidas y temimos seriamente por la suerte de los animales que se encontraban alojados en ellas.

«A lo largo de los más de 30 años de existencia nunca nada nos había impedido atender diariamente a las aves allí ingresadas»

Empezamos a rescatar a los supervivientes que habían sido capaces de protegerse en las zonas que aún aguantaban en pie y reubicarlos en aquellas instalaciones que no habían sufrido daño. Comprobamos que, increíblemente, sólo cuatro de nuestros pacientes habían desaparecido. Uno de ellos, un búho chico irrecuperable, apareció a los dos días sano y salvo; otros dos no tuvieron tanta suerte (una lechuza común y un cárabo) y otro cárabo, que estaba prácticamente recuperado en aquel momento, logró escapar.

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Uno de los búhos rescatados tras el paso de ‘Filomena’.

Tras esa primera y agotadora jornada posterior a la tormenta de nieve, los días que siguieron fueron muy intensos a todos los niveles. Sobre todo, por la increíble oleada de SOLIDARIDAD que nos envolvió desde el primer momento; fue algo mágico que recordaremos siempre ya que nos dio fuerzas y nos permitió volver a levantarnos después de este tremendo golpe. Desde particulares a empresas, pasando por asociaciones, entidades, grupos parlamentarios y administraciones públicas; las ofertas de ayuda de todo tipo no cesaron de llegar desde que la noticia se conoció.

Durante días, pudimos contar con la inestimable colaboración de decenas de ‘buholuntarixs’ que, con su trabajo, nos permitieron quitar la nieve acumulada, retirar los escombros y arreglar aquellas instalaciones que quedaban en pie pero deterioradas por las caídas de ramas. Al mismo tiempo y de manera incesante, se sucedían las muestras de apoyo. Nuevos socixs, solicitudes de apadrinamientos y pedidos en la tienda online desbordaban nuestra página web y cientos de donaciones, tanto monetarias como de materiales para utilizar o recaudar con su venta (libros, fotografías, etc.), nos llegaban a diario. Las redes sociales se volcaron en la difusión de lo ocurrido, recaudaciones de fondos incluidas, al igual que desde muchos medios de comunicación se daba cobertura a lo que había sucedido.

«Nuevos socixs, solicitudes de apadrinamientos y pedidos en la tienda online desbordaban nuestra página web»

A día de hoy, gracias a los apoyos recibidos (aunque aún con algunos problemas administrativos), estamos comenzando la reconstrucción de las instalaciones perdidas bajo la nieve para poder continuar con nuestra labor en las mejores condiciones. Las naves de vuelo son imprescindibles en la última fase de la recuperación de nuestros pacientes ya que éstos deben recuperar una forma física adecuada y ciertas aptitudes que son imprescindibles en la naturaleza, como capturar sus presas. Solamente así llegarán a ser liberadas con las máximas garantías de supervivencia tras su rehabilitación.

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Labores de reconstrucción de las instalaciones de Brinzal.

La nieve se llevó vidas animales y destruyó en unas horas buena parte de lo que con tanto esfuerzo pudimos levantar a lo largo de muchos años, pero también nos trajo algo difícilmente superable: la respuesta y el apoyo de muchísima gente. Gracias por darle sentido y fuerza a nuestro trabajo. Seguiremos trabajando en pro de la fauna silvestre y en especial de nuestras queridas rapaces nocturnas.

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