Nos echamos una vez más lo mochila al hombro en esta sección para dirigirnos al pueblecito de Madarcos con el objetivo de descubrir uno de los rincones naturales más bellos de nuestra región
En ruta
Por José Ángel Macho Barragués. Ingeniero agrónomo
Hoy nos vamos a trasladar a las puertas de la fabulosa Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón en la Comunidad de Madrid, uno de nuestros rincones favoritos. Sin duda alguna, se trata de un reducto que atesora pueblos con una arquitectura muy particular, que se encuentran rodeados de lugares que rebosan pura naturaleza y vida en los que todavía perduran tradiciones ligadas a la ganadería, la agricultura y la artesanía.
Madarcos es un pequeño pueblo serrano que se encuentra a escasos kilómetros de Buitrago del Lozoya. Está rodeado de naturaleza y uno de sus tesoros naturales es el entorno que ha creado el río Madarquillos a su paso por la localidad. La ruta propuesta consiste en un agradable paseo por las inmediaciones de este curso fluvial serrano para disfrutar en plena naturaleza de uno de los lugares habitados más recónditos de la Comunidad de Madrid, donde nos podremos adentrar en un maravilloso bosque de ribera en el que mientras escuchamos el sonido del pájaro carpintero, estaremos acompañados de saltos de agua y pozas cristalinas en las que nadan y croan diferentes especies de anfibios mientras percibimos el sigiloso movimiento de las ardillas en las partes altas de los viejos fresnos que escoltan el cauce del río.
“La Sierra del Rincón es, junto con las cuencas altas de los ríos Manzanares, Lozoya y Guadarrama, los únicos lugares de la región catalogados como Reserva de la Biosfera”
Valores naturales y culturales
En las praderas aledañas se podrán ver vacas pastando, así como diferentes especies de plantas fácilmente reconocibles como el tomillo salsero, las collejas, lavandas, santolinas y ortigas. Los más apasionados de la flora autóctona podrán disfrutar a finales de primavera del espectáculo que ofrecen los diferentes tipos de orquídeas en flor que salpican este paisaje. En el propio cauce del río, aparecen espectaculares masas de ranúnculos, síntoma de que este ecosistema se encuentra en la actualidad en un perfecto estado de conservación, sin apenas contaminación. Respecto a la fauna, evidentemente está ligada al ecosistema de ribera, destacando especies como el barbo y la trucha común, principales habitantes de las frías aguas de este pequeño río, que conviven con aves acuáticas como el martín pescador o el mirlo acuático. El conjunto de sus condiciones ambientales hacen de este lugar un hábitat ideal para reptiles y anfibios como la ranita de San Antón o la culebra de escalera.
De gran interés arquitectónico, a lo largo de esta ruta nos encontraremos con un conjunto de construcciones, muchas de ellas hoy en ruinas, que forman parte del paisaje que atraviesa río Madarquillos. Se trata de una zona que en tiempos pasados estaba sembrada de cereal, de ahí la necesidad de construir molinos que permitieran moler el grano aprovechando el movimiento natural de las aguas del propio río. Durante nuestro recorrido, destacan algunos antiguos molinos como el de la ‘tía Fausta’ o el de ‘Paulino’. Su funcionamiento se basaba en desviar el curso natural del río por un canal de agua que atravesaba el molino, moviendo a su paso unas estructuras llamadas rodetes que a su vez hacían girar dos grandes piedras llamadas muelas dando como resultado una molienda natural y eficiente.
La ruta
El recorrido propuesto parte desde el Polígono de Los Artesanos, aunque se puede aparcar en cualquier punto autorizado del pueblo para llegar en apenas tiempo al punto de partida. Desde ese punto, seguiremos las flechas verdes que nos harán descender hasta el propio río Madarquillos atravesando diferentes arroyos y zonas de pradera. Una vez allí, acompañaremos su curso durante varios cientos de metros hasta llegar a un paso que nos permitirá cruzar el río para acceder al molino de la ‘tía Fausta’. La vuelta se hace por una pista cercana que nos conduce hasta el punto de partida. Se trata de un paseo agradable de unos 3 km, que puede durar en torno a una hora y que resulta apto para todo tipo de personas, desde niños hasta mayores.
“En las inmediaciones del cauce del río podremos ver especies emblemáticas como el martín pescador, el mirlo acuático o la culebra de escalera”
En las inmediaciones de Madarcos se pueden realizar otras rutas señalizadas como la del Herrero o la ruta circular sur. Aunque se trata de una villa muy pequeña, también podremos disfrutar de una gastronomía local muy particular en el Ahumadero de Jorge o el Bar la Fragua.