Los versos guadarramista de Pío Baroja

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Versos escondidos de tópica finisecular invocan los anocheceres de la Sierra del Guadarrama

Milenaria
Por Jaime Sanz Burdiel

Ya en alguna ocasión hemos hablado en esta sección de Pío Baroja (San Sebastián 1872- Madrid 1956) y de su novela Camino de perfección (1902), obra en la que el protagonista Fernando Ossorio inicia un viaje provocado por una fuerte angustia vital y existencial, un viaje en el que Fernando deambula, da tumbos por la vida…

Tópicos de la decadencia finisecular, obras en las que el protagonista necesita encontrarse a sí mismo y para ello necesita del entorno adecuado, de la naturaleza romántica y abrumadora: la Sierra de Guadarrama, importante protagonista de dicha obra.

El Guadarrama en el exilio de Baroja
Monasterio de El Paular.En esta ocasión no hablaremos de la prosa de Baroja, sino de su verso, menos conocido si se compara con sus novelas, entre las que destacan Zalacaín el aventurero (1908), la trilogía de La lucha por la vida (1904)… Sus versos se encuentran en Canciones del suburbio, poemas escritos en París en el exilio a causa de la Guerra Civil.

En Canciones del suburbio hay algunos poemas que hablan sobre la Sierra de Guadarrama, sobre el Monasterio de El Paular, tal y como lo hizo su contemporáneo Enrique de Mesa, además de en su obra antes citada Camino de perfección, tanto Mesa como Fernando Ossorio (y por tanto seguramente Baroja) pernoctan en la Cartuja del Paular o Rascafría. De esta manera el Monasterio del Paular suele ocupar un lugar importante en la mente de estos autores.

«En aquel claustro romántico
del convento del Paular
hemos discutido mucho
de Schopenhauer y Kant,
de la vida, del misterio
del más acá y más allá.
Alguno que nos escucha
llega en su animosidad
a decirnos que perdemos
el tiempo sin más ni más.
………………………………
Nada debe de importarnos.
Está bien el divagar
y el perder un poco el tiempo
en discutir con afán
en este claustro romántico
del convento del Paular.«

Poesía guadarramista
La Sierra de Guadarrama en PangeaLa calidad literaria que desprenden estos versos no se pueden equiparar a los grandes poetas de la literatura española, hay que recordar que Baroja no es poeta, sin embargo sí se vislumbran ciertas dotes de poeta que pueden recordar a Enrique de Mesa en el siguiente poema titulado sin rodeos El Guadarrama:

«Muralla del Guadarrama,
cielo azul, resplandeciente,
aire de tarde, relente,
viento que silba y que brama,
olor de jara y retama,
de tomillo y de romero;
montes de color de acero,
ceñuda tranquilidad,
reposo, serenidad,
lento anochecer severo

En el primer poema el autor menciona que ha discutido de Kant y de Schopenhauer, fuerte influencia junto a Nietzsche para estos autores de fin de siglo llenos de angustia vital, como hemos mencionado en las características de Camino de perfección.

Entorno de las lagunas de Peñalara.Por otro lado, tenemos el segundo poema que describe el Guadarrama sereno, el Guadarrama del goce tranquilo y colmado donde el autor reposa mientras observa el “anochecer severo”. Y como Baroja y Mesa… ¡llega la época de vivaquear guadarramistas! Pero recuerden que hay que hacerlo teniendo siempre en mente una conciencia medioambiental. Disfruten del verano.

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