La leyenda negra de El Valle de los Caídos

Pocos lugares con tanta simbología perduran hoy en la Sierra de Guadarrama

De leyenda
Por Rosa Alonso
El 20 de noviembre de 1975, se anunciaba la muerte de Francisco Franco, dictador de este país durante casi 40 años. Fue enterrado en la cripta de la Abadía Benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, frente a los restos de José Antonio Primo de Rivera. Este lugar, situado sobre el paraje del Valle de Cuelgamuros de la Sierra de Guadarrama, encierra algunas historias con casi 80 años de antigüedad.

Un monumento con leyenda negra
Según recoge la Real Academia Española (RAE), una leyenda negra es un “relato desfavorable y generalmente infundado sobre alguien o algo”. En este sentido, aplicaríamos esta definición al Valle de los Caídos por el número incierto de personas enterradas en el lugar, la cifra de trabajadores que fallecieron durante su construcción y la incertidumbre de si los obreros acudieron de forma voluntaria o no; se cree que, hasta 1950, participaron mayoritariamente presos políticos obligados a esta tarea, frente a los reclusos comunes a los que se les aplicó la reducción de pena.

«Se cree que participaron mayoritariamente presos políticos obligados a trabajar en la construcción del monumento»

Dejaremos estas incógnitas a los expertos y nos centraremos en que, sea como fuere, el 1 de abril de 1959, se abría al público esta obra arquitectónica de la que, sin duda, resalta su gigantesca cruz de hormigón de 150 m. Este símbolo religioso ostenta el récord de ser la cruz cristiana más alta del mundo, siendo visible a más de 40 km de distancia, gracias a los 150 m adicionales que le otorga el Risco de la Nava. A 300 m, la vista de la Sierra de Guadarrama debe de ser sobrecogedora.

Lo que esconde el Valle
Como hemos visto, se desconoce el número exacto de soldados enterrados, pero sí que está muy presente el hecho de que se trata de una cifra elevada. Esta creencia, sin duda, podría haber impulsado la aparición de testimonios sobre figuras espectrales, nada más iniciarse su construcción. Algunas personas afirman que los muertos no abandonan tan fácilmente este mundo y menos cuando permanece un sentimiento de injusticia.

«Algunas personas afirman que los muertos no abandonan tan fácilmente este mundo»

Además de estas visiones, también se conservan historias sobre figuras oscuras, ataviadas con la vestimenta de los monjes de la abadía. Lo que algunas personas desconocen es que el hábito común de la orden benedictina es negro, lo que podría inducir a error en zonas con poca luz. Un gato negro que aparece y desaparece cierra la lista de los sucesos recurrentes de este lugar.

Un lugar energético en plena Sierra de Guadarrama
Por si lo visto hasta ahora no fuera suficiente, se han grabado psicofonías en el interior de la cripta, que incluyen mensajes en los que se invita al visitante a volver a casa. Estas parafonías suelen ocurrir en la zona de tapices, donde se conservan escenas de ángeles y demonios, que conforman un contexto propicio para los fenómenos extraños.

«Estas parafonías suelen ocurrir en la zona de tapices, donde se conservan escenas de ángeles y demonios»

Esta narración dedicada a El Valle de los Caídos, no podría terminar sin la mención a su emplazamiento. Se dice que, al igual que Felipe II mandó construir el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial junto al Monte Abantos, tras identificar el terreno como impulsor de fuerzas telúricas (las que emanan de la Tierra y provocan brechas entre los dos mundos), Franco escogió el Valle de Cuelgamuros por el mismo motivo. De esta forma, la gran cruz serviría de conector, propiciando la unión de ambos planos.

Por no alargar demasiado el relato, no ahondaremos en otros detalles como, por ejemplo, el mensaje de las figuras que adornan la cruz o las del interior de la cripta y que se piensa que, en realidad, invocan a Lucifer. Sin duda, pocos lugares se conservan en nuestro país con tanta simbología y, dejando a un lado la polémica, se manifiestan como visita obligada para todos los serranos. Las leyendas no están completas hasta que se conoce su origen.