Sobre la nueva normativa reguladora de la actividad apícola en la Comunidad

Panales de abjejas. (Foto: Aula Apícola Sierra de Hoyo).

Un cambio necesario que podría conllevar la necesidad de reordenar los distintos usos de los espacios compartidos

el Mirador
Por Nacho Morando (Aula Apícola Sierra de Hoyo)
El pasado día 6 de mayo, fue publicado en el BOCAM la normativa reguladora de la actividad apícola en la región. Dicho documento, viene a suplir a otra normativa autonómica y establece las normas de ordenación del sector apícola, regulando aspectos como la clasificación zootécnica de las explotaciones, la identificación y registro de las mismas, las condiciones de explotación y protección animal, el control sanitario, y la trashumancia.

Panal de miel.La nueva norma, viene básicamente a crear el registro de Explotaciones Apícolas de la Comunidad de Madrid y regular el procedimiento y requisitos de inscripción, adecuándolos a la normativa básica, así como a matizar algunos aspectos relativos a las distancias mínimas a centros urbanos, carreteras, caminos y pistas forestales, así como entre asentamientos apícolas establecidas por el citado Real Decreto 209/2002, así como la forma de advertir sobre la existencia de colmenas.

«La nueva norma, viene básicamente a crear el registro de Explotaciones Apícolas de la Comunidad de Madrid»

Así, las distancias, por ejemplo, a caminos de uso público se reducen de forma llamativa respecto al Decreto 35/1985, pasando por poner un ejemplo de 100 m que establecía la antigua normativa respecto a caminos vecinales, a los 25 m que ya establecía el Real Decreto 209/2002, o a la posibilidad de ubicar las colmenas en los bordes de las pistas forestales, con el único condicionante de que no obstruyan el paso.

Miel.En una región tan poblada como es la madrileña, donde además la apicultura es una actividad en la que prevalece el número de explotaciones apícolas respecto a su tamaño (hay muchas explotaciones, pero con pocas colmenas) el tema de las distancias a caminos y núcleos de población es especialmente relevante, en cuanto a que su reducción influye de forma notable en las posibilidades de establecimiento de nuevas explotaciones.

Podría decirse por tanto que la nueva normativa, además de regular de forma más clara y ordenada la apicultura en la región, amplía sus horizontes. Aunque no se llegue ni mucho menos al nivel de lugares como París, Nueva York o Londres, donde la ley contempla la llamada apicultura urbana.

«Las distancias a caminos y núcleos de población ya que su reducción influye en el establecimiento de nuevas explotaciones»

Las abejas tienen una importancia vital en la Naturaleza.No obstante, hay un aspecto que en una región como la madrileña no se debe perder de vista, por constituir una de sus principales singularidades. El hecho de que hablemos de una comunidad autónoma altamente poblada, en la que los deportes al aire libre experimentan un enorme auge, y en la que como consecuencia de ello cada vez proliferan más senderos de todo tipo que ni son caminos vecinales, ni pistas forestales sino simples sendas legalmente inexistentes (y muchas veces ilegalmente existentes), hace necesario el inventariado por parte de los ayuntamientos de sus propios caminos y un mayor control de los usos que de sus montes se hace, de cara a poder regular con criterio y garantías de legalidad la ubicación de los asentamientos apícolas.

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