El pasado año se recogió en la región el 100% de este residuo altamente peligroso para el medioambiente
Redacción/. A través de SIGAUS se recogieron el pasado año en la Comunidad de Madrid 13.813 toneladas brutas de aceites usados (incluyendo impropios como agua y otros sedimentos) repartidas entre 7.016 establecimientos (siendo el 64% talleres mecánicos) de sectores tan diversos como la automoción, la industria, el transporte, el comercio o la construcción.
Esta generación fue extremadamente dispersa en el territorio, ya que más de la mitad de estos puntos productores de aceite usado (un 63%) generaron menos de una tonelada de residuo, acumulando entre ellos apenas un 14% del total del aceite usado generado. En total, para recoger todo el aceite usado fue necesario efectuar 20.315 operaciones de recogida entre 141 municipios madrileños. Este aceite usado fue trasladado a centros de transferencia para su análisis y eliminación de posibles impropios, proceso que una vez completado resultó en una cantidad neta de aceites usados de 12.586 toneladas, volumen finalmente tratado para obtener nuevos productos, siguiendo los principios de la economía circular.
De esta cantidad, más de dos terceras partes del residuo, 9.030 toneladas, fueron destinadas a regeneración, lo que permite obtener nuevas bases lubricantes del aceite usado y que es el que prioriza la actual normativa. Gracias al residuo regenerado en la Comunidad de Madrid durante el pasado año fue posible producir más de 5.600 toneladas de nuevos lubricantes y ahorrar más de 2,6 millones de barriles de petróleo, en comparación a si esos lubricantes se hubiesen producido a partir del refino del crudo. Además, el aceite usado regenerado también permitió evitar la emisión de más de 6.000 toneladas de CO2 a la atmósfera, y el gasto de 115 GWh lo que supuso otro claro beneficio para nuestro entorno.