Un estudio pone de manifiesto que los sapos tienen órganos especiales en el oído interno que les ayudan a saber cuándo pueden salir de sus refugios
Redacción/. Un equipo internacional liderado por un investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) ha demostrado que los sapos son capaces de detectar vibraciones de baja frecuencia. El estudio, que aparece publicado en la revista Current Biology, pone de manifiesto que los sapos tienen órganos especiales en el oído interno que les ayudan a saber cuándo pueden salir de sus refugios.
Los científicos, para su investigación, capturaron sapos de dos especies diferentes (sapos de espuelas y sapos corredores) y construyeron recintos en las dunas donde se enterraron. En noches sin lluvia, utilizando vibraciones de lluvia pregrabadas emitidas por un transductor táctil (dispositivo capaz de generar vibraciones en el sustrato) enterrado a 10 centímetros bajo tierra, pudieron reproducir las vibraciones y vigilar la aparición de los sapos.
Los sapos de ambas especies expuestos al estímulo de vibración emergieron mucho más rápido que los sapos que no lo recibieron. En concreto, los sapos en el grupo experimental emergieron unos 26 minutos antes. Además de emerger antes, el número total de sapos que salió de sus refugios fue mayor en los grupos con estímulo.