PACMA Denuncia «el sufrimiento mudo» de los burros de Chinchón

La formación política animalista lamenta que la sociedad española no haya terminado de aprender a divertirse sin animales 

Redacción/. Incontables vueltas cada día para contentar y divertir a los niños, que ríen y patalean sobre sus lomos con toda la inocencia del mundo a la vista de unos padres satisfechos por ver disfrutar a sus hijos, informan desde el Partido Animalista PACMA. Ese es el ‘trabajo’ asignado a los burros de Chinchón para que sus propietarios puedan ganar dinero con ellos, señala la formación política que opina que «ya es hora» de dejar de permitir actividades en las que se utilicen animales y que, además, les afectan mental y físicamente.

En este sentido, la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y el Maltrato Animal (AVATMA), respaldada por casi 500 profesionales, ya realizó un completo informe técnico veterinario con el ejemplo de los ponis sobre las consecuencias físicas y emocionales para los equinos cuando son utilizados en atracciones de feria como carruseles. Algunos de los signos de malestar descritos por los profesionales consisten en los gestos de agresividad (orejas hacía atrás y hacía abajo, pegadas al cuello); de agotamiento, apatía o dolor (orejas hacía los lados y ligeramente caídas); ollares contraídos (malestar, tensión o frustración) y mirada perdida (síntoma de depresión, agotamiento o estrés).

La formación política animalista pretende hacer entender con esta crítica la necesidad de dejar de utilizar animales con fines ociosos, entre otras formas de explotación. Aseguran que los niños sienten una atracción positiva generalizada hacia los animales, y que los padres son responsables de enseñarles a relacionarse con ellos correctamente: «debemos lograr que nuestros hijos aprendan a respetar a las demás especies, y para ello deben entender que un animal no es una cosa; no es un máquina en la que insertas una moneda y se mueve», apunta el presidente de PACMA, Javier Luna.