Este paraíso se encuentra rodeado por elementos arquitectónicos tan emblemáticos como el Monasterio de El Paular o el puente del Perdón
En ruta
Por José Ángel Macho Barragués. Ingeniero agrónomo
Situado en el corazón de la Sierra de Guadarrama, a orillas del valle del Lozoya y concretamente en la villa referente de Rascafría, este curioso y singular espacio natural es uno de los lugares donde mejor se puede contemplar la llegada del otoño en la Comunidad de Madrid. La finca de Los Batanes acoge un maravilloso bosque muy bien conservado que vamos a intentar descubrir en esta nueva entrega de En ruta.
Tras salvar el río Lozoya por el puente del Perdón, testigo de numerosos juicios a reos allá por el siglo XVIII, observamos un rebaño de ovejas negras pastando en una gran pradera poco antes de llegar a nuestro destino. Entre la vegetación presente predominan las especies frondosas como chopos y abedules que se tornan de un color cobrizo y amarillento durante estos días de pleno otoño, creando un espectacular lienzo con las cumbres del Guadarrama nevadas como testigos que anuncian la llegada del frío invierno.
“Tras salvar el río Lozoya por el puente del Perdón, observamos un rebaño de ovejas negras pastando en una gran pradera”
En el interior de esta masa boscosa hay espacios mágicos como el estanque, el muelle o una vetusta cabaña que fue utilizada antiguamente como sauna, hasta que sufrió una serie de imperdonables y nefastos actos vandálicos que provocaron su cierre al público. Sin duda alguna, destaca el espectacular lago que asoma en el interior de este enclave. Durante los días despejados de otoño y primavera, los reflejos que muestra crean un auténtico lienzo digno de admirar. Otro momento mágico que nos regala el lago del ‘Bosque Finlandés’ se produce cuando se expone a periodos largos de temperaturas bajo cero que hacen que sus aguas se congele totalmente, creando un ambiente puramente boreal.
Este bosque surge a partir de la idea de adecuar un paisaje autóctono donde ya existían espectaculares zonas de choperas, para introducir diferentes pies de coníferas, principalmente del género pícea, con el fin de simular los típicos bosques del norte de Europa, donde contrastan especies perennes y caducas, dando como resultado un paisaje único en el que podremos disfrutar de noches de cielos estrellados que nos trasladarán por momentos a la tierra de los vikingos para esperar con paciencia la aparición de las famosas auroras boreales.
Ubicado en el camino de los Batanes, su nombre recuerda al recorrido que tenían que seguir los monjes del Monasterio hasta un antiguo molino de papel, construido en el siglo XIV y en el que se fabricó el papel con el que se imprimió la primera parte de El Quijote. Esta ruta propuesta es un agradable paseo que se puede realizar acompañado de niños y nuestros mayores, de una hora de duración aproximada y que está incluida en la ruta ‘desde Rascafría a El Paular’ que propone la oficina de turismo del consistorio serrano.
“Este bosque surge a partir de la idea de adecuar un paisaje autóctono para introducir diferentes pies de coníferas”
Con respecto a la naturaleza que rodea este espacio natural, destacan lugares tan emblemáticos como las lagunas de Peñalara o el valle de la Angostura, ambos descubiertos ya en esta misma sección.