Los investigadores han analizado cómo afectarán el cambio climático y los usos del suelo en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
Redacción/. Tras analizar cómo afectará el cambio climático y los cambios en los usos del suelo en la estructura ambiental del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han desarrollado una metodología para favorecer que la gestión de espacios protegidos se adapte a las principales amenazas a las que se enfrentan y se pueda mantener una conservación exitosa.
En este trabajo se ha estimado la representatividad climática actual y futura de una de las áreas protegidas más importantes y recientes de la península ibérica, el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, identificando áreas futuras con un clima similar a las existentes ahora en dicha reserva. Una vez obtenidas estas áreas receptoras, se han realizado simulaciones de los usos del suelo, permitiendo evaluar la viabilidad de dichas áreas receptoras, y los efectos de los cambios en la cobertura del suelo sobre la conectividad de estas áreas con el propio parque nacional.

En estas dos imágenes puede apreciarse el cambio en la representatividad ambiental (en verde) del Parque Nacional, así como las zonas antrópicas (en rojo), que pueden actuar como barreras de la conectividad espacial. La imagen de la izquierda representa el presente, la de la derecha un escenario futuro. Aquellos lugares que aparecen en verde en los dos escenarios son lugares que van a desempeñar un papel muy importante para el espacio protegido, siendo necesaria la creación de conexiones entre estas zonas y la reserva en cuestión.
“Lo que hemos logrado ha sido desarrollar una metodología que es aplicable a otras áreas protegidas del planeta y que permite adecuar la gestión atendiendo a las principales amenazas, así como localizar la futura ubicación de esos lugares receptores de las condiciones ambientales actualmente protegidos. Resulta imprescindible focalizar los esfuerzos de conservación en estos lugares para tener una red de áreas protegidas que realmente protejan la biodiversidad“, indica Jorge Lobo, investigador del MNCN.