Esos espacios muchas veces despreciados pueden ser clave para el control de las plagas que sufren los árboles urbanos gracias a las plantas autóctonas
Opinión de El Guadarramista
Por Jonathan Gil Muñoz (Director)
¿Cuánto se gastan al año los ayuntamientos en el mantenimiento del arbolado urbano? Sin duda, supone una partida presupuestaria muy importante. Plaguicidas, herbicidas, etc., son utilizados de forma habitual por los equipos municipales de jardinería con el objetivo de mantener en el mejor estado de revista posible los árboles que adornan nuestras calles. Pero, ¿hay alguna alternativa al uso contante -y muchas veces abusivo- de productos químicos?
En la ciudad de Barcelona se está desarrollando un proyecto piloto cuya atención gira en torno a los alcorques de los árboles urbanos. Sí, ese metro cuadrado de tierra baldía en el que crecen los árboles en nuestras ciudades puede ser mucho más que una minúscula porción de suelo estéril. Los investigadores han seleccionado una serie de especies de plantas autóctonas y silvestres que son introducidas en los alcorques de los árboles. Los resultados son, simplemente, espectaculares.
“En Barcelona se está desarrollando un proyecto cuya atención gira en torno a los alcorques de los árboles urbanos”
Elaborando con sumo cuidado esa selección de plantas, se ha conseguido atraer a multitud de insectos que, entre otras cosas, cuidan del árbol bajo cuyas ramas viven, librándolo de las peligrosas plagas de otros insectos. Un control biológico eficaz y barato, diametralmente opuesto al uso de fitosanitarios químicos cuya eficacia es muy cuestionable y cuyo uso es poco aconsejable para la salud de las personas que están a su alrededor, motivos por los cuales en muchas ciudades se ha prohibido su uso.
Este proyecto piloto denominado ‘Alcorques vivos‘ convierte en pequeños ecosistemas los espacios sin vida en los que parecen estar prisioneros los árboles. Además de atraer a insectos polinizadores de todo tipo y controladores de plagas, las mal llamadas ‘malas hierbas’ mejoran la calidad de la tierra del alcorque, y de esta forma el complejo sistema de raíces del árbol. Es decir, que estas compañeras de viaje son una excelentes aliadas de los muchas veces emparedados árboles que viven en nuestras ciudades.
Además, por si todo lo anterior no fuera suficiente, el proyecto está transformando muchas calles de la Ciudad Condal ya que esos espacios multicolores a los pies del arbolado urbano, son pequeños oasis para muchas especies de flora y fauna, como pequeños corredores verdes que permiten a la biodiversidad entrar y salir de las ciudades. Todo esto debería, entre otras cosas, hacernos olvidar el término antes apuntado de ‘malas hierbas’ con el que denominamos injustamente a todas las herbáceas que no reconocemos como aquellas que comúnmente vemos en los parques y jardines.
“‘Alcorques vivos’ convierte en pequeños ecosistemas los espacios sin vida en los que parecen estar prisioneros los árboles”
A la vista de los resultados que está obteniendo el proyecto de naturalización de los alcorques, nuestros pueblos y ciudades deberían tomar buena nota de esta alternativa ecológica al uso de plaguicidas y, por supuesto, de los herbicidas. Un arbolado urbano sano es beneficioso para la ciudad y las personas que la habitan. Y para que un árbol esté sano hay alternativas como la que hemos comentado hoy, que recupera al fin y al cabo usos y costumbres que se han utilizado desde antiguo en la agricultura tradicional.
Lo que nos queda por volver a aprender…
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