A cuatro especies pertenecen más de 900 animales marcados por GREFA con GPS: águilas imperial y de Bonelli, buitre negro y milano real
Redacción/. A fecha de hoy, en una jornada en la que se celebra el Día Mundial de la Naturaleza, más de cuatrocientas aves están siendo seguidas por la asociación conservacionista GREFA gracias a los emisores GPS que portan cada una de ellas, una tecnología de monitorización a larga distancia que ha supuesto toda una revolución por su aplicación al estudio y la conservación de las especies amenazadas. Estos ejemplares cuyos emisores se mantienen activos en la actualidad forman parte de los 1.300 animales, pertenecientes a más de veinte especies, a los que GREFA ha colocado estos dispositivos para su seguimiento durante los más de cuarenta años de actividad de esta ONG madrileña.
Tan solo en 2022, casi doscientos animales han sido marcados por GREFA con GPS, que se suman a otros muchos seguidos por esta ONG que llevan ya años transmitiendo información sobre sus desplazamientos y amenazas, mientras que también los hay que ya no son objeto de seguimiento por haberse agotado la batería del emisor, por pérdida de este dispositivo o por muerte o desaparición del ejemplar monitorizado. Si bien la mayoría pertenecen a especies de rapaces catalogadas como amenazadas, también se ha utilizado esta tecnología con otras aves e incluso con mamíferos y con reptiles.
Tan solo en 2022, casi doscientos animales han sido marcados por GREFA con GPS, que se suman a otros muchos seguidos por esta ONG
Del total de 1.300 animales marcados por GREFA con emisores GPS, más de novecientos corresponden a cuatro especies de rapaces emblemáticas catalogadas como amenazadas en España: el águila de Bonelli (441 ejemplares), el buitre negro (284 ejemplares), el milano real (158 ejemplares) y el águila imperial (48 ejemplares). También es objeto de seguimiento por parte de GREFA el pigargo europeo, el mayor águila de nuestro continente, declarado como ‘Especie extinguida’ en España desde 2018.
El seguimiento telemétrico mediante GPS avanzados como los que usa GREFA, dotados de sensores tan precisos como los acelerómetros, permite hoy en día aplicaciones impensables hace pocos años, como por ejemplo identificar las causas de mortalidad de los ejemplares que portan los emisores y esclarecer bajas por amenazas a la biodiversidad como cebos envenenados, furtivismo, tendidos eléctricos peligrosos para las aves o colisiones en diferentes infraestructuras.