Cada año, esta amenaza es la causa de la muerte de millones de aves por colisiones con edificios y otras construcciones, advierte la ONG conservacionista
Redacción/. Tras dedicar otros años al cambio climático, las infraestructuras como barreras, la matanza ilegal o la contaminación por plásticos, en 2022 es la contaminación lumínica y su impacto en la migración de las aves el tema elegido para celebrar el Día Mundial de las Aves Migratorias (14 de mayo). Precisamente un problema en el que SEO/BirdLife invierte esfuerzos desde hace años, sobre todo en el archipiélago canario donde desarrolla campañas de alerta y concienciación sobre esta amenaza.
Y es que, las aves migratorias que viajan de noche están especialmente expuestas a las luces que las atraen y desorientan -particularmente cuando hay nubes bajas, niebla o lluvia y vuelan a altitudes más bajas- pudiendo acabar dando vueltas por las zonas iluminadas, agotando sus reservas de energía y provocando que colisionen o sean depredadas. Cada año, la contaminación lumínica contribuye a la muerte de millones de aves por choques con edificios y otras construcciones. En este sentido, la cantidad de luz artificial en la superficie terrestre aumenta al menos un dos por ciento cada año y podría ser mucho mayor. Más del 80% de la población mundial vive bajo un “cielo iluminado”, una cifra más cercana al 99% en Europa y América del Norte.
El Día Mundial de las Aves Migratorias coincide además con la celebración del Global Big Day, que anima a todos los aficionados a la ornitología a que salgan al campo a observar aves y a difundir sus avistamientos a través de la plataforma eBird. Participar es fácil, incluso se puede ser parte del Global Big Day desde casa, dedicando al menos 5 o 10 minutos e informando de las observaciones realizadas, que ayudan a comprender mejor las poblaciones de aves a nivel mundial a través de mapas animados de abundancia presentados por eBird Science.