La presión antrópica amenaza la preservación de las dos especies de sapo partero presentes en la Comunidad de Madrid
el Mirador
Por Carlos Cano Barbacil. Ingeniero ambiental
En la Comunidad de Madrid se pueden encontrar dos especies distintas de sapo partero. El sapo partero ibérico (Alytes cisternasii) se distribuye por la falda de la Sierra, principalmente en zonas de dehesa y pinares. El sapo partero común (Alytes obstetricans), catalogado como vulnerable, cuenta con dos subespecies en la Comunidad. La subespecie A. o. pertinax se distribuye por el sureste de la región, en zonas secas en torno a la vega del Tajuña. A. o. almogavarii sin embargo lo hace por el norte, en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Renacuajo de sapo partero ibérico. Foto: Javier Cano.
Los principales factores de amenaza de ambas especies en la región son la pérdida de hábitats idóneos y destrucción de puntos de agua permanentes, que impiden la metamorfosis completa de sus larvas; la introducción de especies depredadoras como peces, cangrejos y galápagos, la contaminación de las aguas y las enfermedades emergentes. De hecho, las poblaciones de sapo partero ibérico de localidades como Alpedrete y Becerril de la Sierra se encuentran seriamente amenazadas, según los expertos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), que llevan investigando desde los años ochenta.
“Las poblaciones de sapo partero ibérico de Alpedrete y Becerril de la Sierra se encuentran seriamente amenazadas“
Por otro lado, los núcleos poblacionales de sapo partero común del sureste son especialmente vulnerables como consecuencia del aislamiento por amplias zonas muy secas existente entre los distintos puntos de agua óptimos. En el macizo de Peñalara, según las mismas fuentes, las poblaciones llegaron a reducirse hasta un 98% a causa de la quitridiomicosis, enfermedad que ya ha provocado la desaparición de 200 especies de anfibios en todo el mundo en los últimos 30 años. Por esta razón se ha estado realizando un programa de cría en cautividad, suelta de individuos adultos y un seguimiento de sus poblaciones.

La construcción y mantenimiento de abrevaderos y charcas beneficia a las poblaciones de anfibios. Foto: Carlos Cano.
A parte de programas de reintroducción, otras medidas más sencillas y que reporten importantes beneficios al sapo partero pueden llevarse a cabo tanto desde órganos gubernamentales como desde iniciativas particulares. La construcción de pequeñas charcas y el mantenimiento en buen estado de las fuentes, lavaderos o balsas de riego que han caído en desuso son actuaciones que pueden revertir la situación de estos anfibios. En los últimos años se han estado aplicando en los términos municipales de Chinchón y Colmenar de Oreja obteniéndose resultados alentadores hasta el momento.