10 paisajes otoñales en la naturaleza de la Comunidad de Madrid

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Nuestra región ofrece en este época del año la oportunidad de disfrutar de un gran número de paisajes con enormes valores naturales e históricos

En ruta
Por José Ángel Macho Barragués. Ingeniero agrónomo
El otoño es la estación del año en la que no hace frío, ni calor, los días se acortan y se dibujan los paisajes más coloridos que podemos imaginar. En la Comunidad de Madrid somos privilegiados por albergar espectaculares bosques caducifolios, ríos, magníficos vestigios arquitectónicos, bosques de ribera, así como un gran catálogo de fauna y flora autóctonos que elevan los valores históricos, paisajísticos y medioambientales de nuestra región.

Dentro de esta gran variedad de espacios naturales, proponemos 10 paisajes para descubrir durante este otoño, algunos de ellos grandes desconocidos para el gran público, pero muy singulares, interesantes y de gran importancia medioambiental.

Los 10 lugares elegidos dentro de nuestra región.

Los 10 lugares elegidos dentro de nuestra región para disfrutar del otoño.

Muro de El Pardo, el sonido que acaricia el otoño
Un paisaje clásico del otoño madrileño se sitúa sin duda en el monte de El Pardo, donde el espectáculo de la berrea da comienzo a finales de septiembre coincidiendo con la reducción de las horas de luz del día. Esta espectacular zona boscosa es un claro ejemplo de bosque mediterráneo en el que destacan sus majestuosos pies de encina a campo abierto. Recorrer su muro a través de diferentes senderos y contemplar desde la distancia a los machos de ciervo mientras tiene lugar la berrea con el fin de atraer a las hembras y aparearse es uno de los mayores regalos de la naturaleza durante el otoño.

Sotos de Aranjuez, el bosque de la realeza
El río Tajo al entrar en la comarca de las vegas suaviza su trazado y aprovecha la debilidad de la composición de sus materiales para crear algunos de los meandros más espectaculares de su eterno recorrido. Se recomienda recorrer en bicicleta, a pie o incluso en kayak el tramo que transcurre entre las localidades de Colmenar de Oreja y Aranjuez para contemplar un espectacular bosque de galería o de ribera formado por chopos, sauces y álamos. Al ser todos ellos caducifolios, sus hojas tornan al amarillo y crean algunos de los paisajes otoñales más singulares de Madrid. Además, muy cerca se podrá visitar el Palacio Real y la Casa del Labrador, ambas antiguas residencias reales y hoy en día gestionadas por Patrimonio Nacional.

Dehesa Bonita.

Dehesa Bonita.

Dehesa Bonita, el bosque más norteño de la región
El mejor ejemplo de bosque atlántico de la Comunidad de Madrid está muy cerca del puerto de Somosierra. Este reducto se transforma en otoño creando un paisaje muy singular en el que una gran ladera se tiñe de una inmensa paleta de colores cálidos. Se trata de un bosque formado principalmente por abedules, acebos y robles melojos, en el que el agua también toma protagonismo, así como los espectaculares pies de avellano que salpican sus suelos en los que además durante el otoño podremos disfrutar de una gran variedad de especies de setas.

El Canal del Mesto, paisaje e ingeniería hidráulica
Acompañando al río Guadalix a su paso por San Agustín de Guadalix aparece una obra de ingeniería en forma de canal que sirve para conducir sus aguas y es gestionado por la empresa pública del Canal de Isabel II. Además, otras estructuras como azudes o respiraderos salpican un paisaje en el que la mano del hombre ha ido moldeando con el fin de aprovechar uno de los bienes más preciados, el agua. En su entorno podremos contemplar el bosque de ribera, encontrar al esquivo galápago leproso o ver las cascadas del hervidero, una de las más singulares de la comunidad de Madrid.

Canal del Mesto

Canal del Mesto.

Curso alto del río Jarama, La Hiruela

Curso alto del río Jarama, La Hiruela.

Alto Jarama, hacía el entorno rural madrileño vaciado
El río Jarama vertebra el norte de la Sierra del Rincón. Su recorrido entre las localidades de La Hiruela y Colmenar de la Sierra transcurre a través de un relieve suave pero a gran altitud y se encuentra acompañado de un espectacular bosque de ribera y a su vez rodeado de algunos de los bosques de roble mejores conservados de nuestra comunidad autónoma. Sin duda, uno de los lugares más recónditos y mejor conservados para disfrutar en otoño. Este enclave se encuentra catalogado como Reserva de la Biosfera por su importancia medioambiental y sus grandes valores etnográficos.

Viña tradicional en forma de vaso.

Viña tradicional en forma de vaso.

Viñedos de Villarejo, por ‘La Rioja’ madrileña
La vendimia es el cénit de la viticultura y justo después llegan el otoño y su frío para provocar el amarillamiento y enrojecimiento de las hojas de las vides antes de su caída. Este momento crea un paisaje único que aúna naturaleza y agricultura. Los cerros y campos de Villarejo de Salvanés son el escenario ideal para disfrutar de innumerables bellas postales dignas de la mismísima Rioja pero a escasos 50 kilómetros de la ciudad de Madrid. El Ayuntamiento de la localidad propone 3 rutas senderistas para recorrer sus alrededores y descubrir uno de los campos madrileños mejor conservados.

Puerto de Canencia, un jardín botánico natural
La senda botánica del puerto de Canencia es un clásico del otoño madrileño. Situado a los pies de la Sierra de la Morcuera, su espectacular y concurrida área recreativa es un reclamo para los madrileños que buscan contacto directo con la naturaleza. Un bonito y discreto sendero nos conduce a la conocida cascada de Mojanavalle. Durante su recorrido estaremos acompañados de un amplio catálogo de diferentes especies arbóreas tan singulares que van desde el abeto de Douglas a las elegantes secuoyas. Muy cerca encontramos el abedular de Canencia, una de las zonas boscosas más singulares de nuestra región.

Níscalo, aledaños bosque de la Herrería

Níscalo en los aledaños bosque de La Herrería.

Bosque de la Herrería, el más pintoresco de los paisajes
Situado en San Lorenzo de El Escorial, este bosque tiene una gran importancia histórica y paisajística, no obstante, está catalogado como Paisaje Pintoresco e incluido en la red Natura 2000, también está declarado como zona ZEPA y LIC. Desde un punto de vista medioambiental destacan sus ejemplares de roble melojo que se mezclan con fresnos, arces e incluso endrinos. Además, acoge la famosa Silla de Felipe II, canchal de granito que simula un asiento natural y donde dice la leyenda se sentaba el rey para contemplar sus dominios.

Roble centenario en Puebla de la Sierra.

Roble centenario en Puebla de la Sierra.

Robledales de Puebla de la Sierra, los más coloridos y salvajes
En lo más profundo de la Sierra del Rincón se localiza la localidad serrana de Puebla de la Sierra. Este bonito pueblo se encuentra rodeado por todos sus costados por algunos de los robledales autóctonos más vetustos de la Comunidad de Madrid. No será difícil contemplar algunos ejemplares de robles melojos centenarios, muchos de ellos anclados en canchales de granito mostrando a su vez sus grandes raíces como si el tiempo no pasara por ellos. Su aislamiento, los espectaculares pinares que lo rodean, su miel y la carretera que nos conduce hasta esta villa son otros alicientes para visitarla.

Valle de la Barranca, una encrucijada de senderos
Muy cerca de la localidad de Navacerrada, emerge este valle situado a los pies de dos colosos como La Bola del Mundo y La Maliciosa. Se trata de un punto de partida para numerosas rutas que transcurren por uno de los espacios de mayor relevancia de la Sierra de Guadarrama. Su entorno concentra una gran cantidad de lugares de interés natural: montañas como el Montón de Trigo o La Maliciosa, cursos de arroyos, senderos históricos como la calzada romana o el camino Schmidt y una gran riqueza en cuanto a especies vegetales y animales se dan cita en un paisaje en el que sin duda el otoño es la mejor estación del año para visitarlo.

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