Incendios, olas de calor y falta de lluvias

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Un verano más, volvemos a padecer y sufrir los terribles incendios forestales que calcinan una importante parte de nuestros bosques en medio de terribles olas de calor y una sequía interminable 

Opinión de El Guadarramista
Por Jonathan Gil Muñoz (Director)
Y, finalmente, ponemos el punto y final a la temporada 2022-2023 en esta sección reservada a la publicación de los editoriales de nuestro medio digital. Echando la vista atrás, parece increíble cómo se pasan los meses sin que apenas nos demos cuenta. Un año más, hemos intentado en este rincón naturalista (y opinativo) dar al lector de El Guadarramista un punto de vista crítico acerca de un gran abanico de cuestiones relacionadas con la defensa y conservación del patrimonio natural madrileño.

Con la esperanza de haber resultado interesante, pongo el punto y seguido a esta sección que volverá el próximo mes de septiembre, haciendo hincapié en algunas cuestiones que sin duda están marcando el verano tanto a los madrileños como al resto de españoles. En este sentido, los incendios forestales, de los que tampoco este año se está librando la Comunidad de Madrid, vuelven a marcar la actualidad informativa. Es un verdadero drama ver cómo arden sin control miles de hectáreas de bosque en nuestro país. El calor y la falta de lluvias, principalmente, han convertido a nuestros parajes boscosos en bombas que por desgracia han terminado por explotar con la caída de un rayo, sin olvidarnos por supuesto de la mano del hombre.

“Los incendios, de los que tampoco se ha librado la Comunidad de Madrid, marcan la actualidad”

Debido al cambio climático que estamos padeciendo y que ya nadie a estas alturas (creo) pone en duda su existencia, los veranos en el centro de la península ibérica, por poner el foco en la Comunidad de Madrid, van a ser cada vez más secos y calurosos. Ya lo hemos comentado aquí en más de una ocasión pero, tal y como vemos año tras año, las temperaturas máximas y las olas de calor son, respectivamente, paulatinamente mayores y de mayor duración.

Efectos de la sequía

Es por ello vital que la Administración pública, entendida en sentido amplio (Gobierno del Estado, autonómico y ayuntamientos, todos de forma coordinada, aunque sea por primera vez en nuestra historia democrática) trabaje con ahínco durante los meses previos y posteriores al verano en las labores de desbroce y limpieza de nuestros entornos naturales. Y es que, ya se ha escuchado en más de una ocasión en estos días eso de que los incendios forestales se previenen en invierno.

Y si lo de las labores preventivas contra los incendios es de vital importancia, la cuestión del agua no se queda a la zaga. Hay que trabajar ya en poner coto a los jardines con césped por su gran consumo de agua, sustituyéndolos por otro tipo de especies vegetales, las autóctonas sin ir más lejos, aquellas que están acostumbradas a las sequías de los climas mediterráneos. Y también hay que revisar el llenado de las piscinas privadas en lugares donde hay comunitarias, por ejemplo. Es necesario un paquete de medidas que racionalicen al máximo el gasto del agua en la Comunidad de Madrid, donde se implique a todos los sectores sociales, no sólo a los ciudadanos, que parece que somos siempre los que tenemos la culpa de todo.

“Es necesario un paquete de medidas que racionalicen al máximo el gasto del agua en la región”

Así que, dicho todo esto, sólo nos queda disfrutar de las vacaciones de verano, sin olvidar que nuestro comportamiento cívico y  ‘ecorresponsable’ tenemos que llevarlo también con nosotros allí donde vayamos de veraneo. Todos tenemos en este sentido el deber de no bajar la guardia y mantener los hábitos sostenibles, dando ejemplo.

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