Su consumo excesivo no solo es perjudicial para la salud sino para toda la población por sus altas emisiones contaminantes
Redacción/. Greenpeace lanza el informe ‘Los siete mitos del marketing de la carne’, para desvelar las tácticas con las que la industria cárnica busca aumentar el consumo de carne, a pesar de que la huella de carbono de la ganadería representa ya el 19% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta, tal y como señala la ONH.
Para el responsable de agricultura en Greenpeace España, Luís Ferreirim, “la publicidad somete a nuestros cerebros a un alto nivel de manipulación cognitiva para aumentar el consumo, pero el planeta no puede permitírselo más. En regiones como Europa, debemos consumir (y producir) al menos un 70% menos de carne y lácteos y, la que consumamos, debe proceder de ganadería ecológica. La industria cárnica invierte enormes cantidades de dinero en campañas y, a menudo, con ayuda de dinero público (entre 2016 y 2020, la UE destinó más de 250 millones de euros a promocionar productos cárnicos y lácteos). Mientras la crisis climática se agrava, fomentar el aumento del consumo de carne es una irresponsabilidad que debe regularse de inmediato”.
En esta investigación, desarrollada por expertos en semiótica y estrategias de marca, se han analizado más de medio centenar de marcas de carne de seis países europeos, entre ellos España (además de Francia, Polonia, Suiza, Alemania y Dinamarca), para desentrañar “cómo la industria cárnica nos manipula hacia el consumo excesivo de carne, analizando desde la lingüística hasta la simbología y los códigos culturales”, apuntan desde Greenpeace.