El fin de los inicios del guadarramismo

Sierra de Guadarrama.

En los inicios del guadarramismo circulaban poemas, textos científicos, consejos a excursionistas, críticas y memorias

Milenaria
Por Jaime Sanz Burdiel

Como comentábamos en el artículo anterior de esta sección, la Sierra de Guadarrama a principio de siglo XX sólo estaba transitada por unos pocos aventureros, como la Institución Libre de Enseñanza, dirigida por Francisco Giner de los Ríos, la Sociedad de Excursionistas Militares, el grupo de los alemanes, un grupo de amigos que más tarde fundarían el club Peñalara, etcétera.

Francisco_Giner_de_los_Ríos_(1881)Estos grupos que provenían de la capital, plasmaban las experiencias de sus excursiones en diarios, poemas… Estos escritos tenían intenciones diversas. En el caso de Giner de los Ríos defendían una enseñanza libre de religión, política… una nueva educación que elogia la naturaleza:

A poco, sin embargo, que se reflexione sobre los diversos elementos en que cabe descomponer el goce que sentimos al hallarnos en medio del campo, al aire libre, verdaderamente libre (que no lo es nunca el de las ciudades), se advierte que este goce no es sólo el de la vista, sino que toman parte en él todos nuestros sentidos. La temperatura ambiente; la presión del aura primaveral sobre el rostro; el olor de las plantas y flores; los ruidos del agua, las hojas y los pájaros; (…) hasta el sabor de las frutas (…) todo, ya más, ya menos, contribuye a producir en nosotros ese estado y a preparar el segundo momento, el momento ideal, de las representaciones libres, que extiende nuestro goce más allá del horizonte del sentimiento”. Giner de los Ríos.

Francisco de Quiroga.Y es que lo escrito por Giner de los Ríos es sabiduría popular, ¿a quién no le saben mejor los bocatas y las piezas de fruta en medio de la naturaleza? En el caso de Francisco Quiroga, sus textos son una miscelánea de memorias y consejos a otros excursionistas:

“Continuando la ascensión, se llega a la vía férrea, y se debe seguir por ella a la estación de Robledo, contemplando el bellísimo paisaje que se desarrolla por la derecha, constituido en el fondo por el valle del río Cofío, que ensancha hacia Robledo, y en ambas laderas por un cúmulo de picos y montes de tonos azulados, envueltos en neblina y con frecuencia en girones de niebla”.

Por otro lado también había textos de crítica, como el del propio Bernaldo de Quirós a los llamados ‘snovistas’, cuya definición es difícilmente mejorable:

“En realidad el snovista es un mundano, a quien la montaña no interesa por sí misma, y que, consiguientemente, carece de afinidades electivas que impulsan hacia ella. Sobre una pista artificial, con un fondo de telones pintados y entre una atmósfera de tocador, es decir, en el Palacio de Hielo, seguiría practicando sus ejercicios, con tal de moverse en una vida social, alegre y confiada, con la exótica indumentaria y atavíos recomendados en los catálogos de objetos de sport más exigentes”.

constancio bernaldo de quirosEn comparación con los inicios del guadarramismo, la literatura relacionada con la Sierra de Guadarrama parece alejarse en estos tiempos modernos, cuyos valores no parecen ir en la misma dirección, ni parece generar el respeto de antes por la naturaleza. Como bien dice Manuel Mollá Ruiz-Gómez en su espléndido artículo El grupo de los alemanes y el paisaje de la Sierra de Guadarrama, en 1875 casi nadie se atrevía a recorrer las montañas del Guadarrama; en 1902 como bien decía Quirós, sólo unos grupos caminaban por la Sierra; a los pocos años surgen los clubes, asociaciones, deportes alpinos…

La Sierra de Guadarrama, su entorno, sus caminantes y las actividades que en ella se realizaban, han cambiado mucho en apenas veinte años, lo que nos lleva a pensar cómo será la Sierra en un futuro próximo. Hay que esforzarse para que ese pensamiento en vez de preocupante se torne esperanzador.

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