Es uno de los ecosistemas más singulares de la Sierra, el sabinar o como se le conoce en la vertiente segoviana ‘el enebral’
`Instantes´ Por Mar Pinillos y David Martín www.tenadadelmonte.es info@tenadadelmonte.esSus bosques abiertos nos evocan soledad y sobriedad. Sobriedad que se deja sentir en la casi inexistente orla acompañante de este bosque y soledad a la que nos trasladan estas tierras duras donde crecen, pedregosas sin apenas tierra vegetal y donde el agua desaparece rápidamente, con los rigores climáticos implacables del sistema mediterráneo continental de inviernos tremendamente fríos y veranos muy calurosos.
Dificultades estas que las sabinas suplen con sus sabias adaptaciones: hojas escuamiformes (forma de pequeña escama) imbricadas unas sobre otras a modo de tejadillo, reduciendo la superficie de la hoja expuesta a la pérdida de agua por transpiración. Sistema radicular muy poderoso y desarrollado para captar el mayor volumen de agua posible en estos efímeros suelos.
Fotografiar el sabinar nos puede dar imágenes cargadas de sensaciones pero también imágenes de lo más variadas, desde bosquetes de pequeñas sabinas con su típico crecimiento piramidal a grandes ‘enebros’ (sabinas) añosos de hasta 500 años de edad, de mil y una formas cuyo lento crecimiento, de entre 1 y 2 mm al año, nos habla de su grandiosidad y su dificultad para crecer en estos terrenos tan áridos.
La fauna típica del sabinar es la propia de terrenos abiertos y despejados tales como algunas especies de aláudidos como las cogujadas, que usan las ramas altas de las dispersas sabinas como oteaderos o posaderos. Costumbre que tienen también tarabillas, collalbas y alcaudones y a los que debidamente escondidos o con extremada paciencia podremos fotografiar. Perdices, conejos, liebres y reptiles como lagartos ocelados, culebras bastardas o culebras de escalera abundan en este extremo ecosistema y forman parte de la dieta de milanos, ratoneros o águilas calzadas que escudriñan desde el aire el suelo del sabinar.
La explosión de colores en el sabinarLa fauna típica del sabinar es la propia de terrenos abiertos y despejados tales como algunas especies de aláudidos como las cogujadas
Entre el cortejo florístico del sabinar podemos destacar un arbusto fiel a la sabina y por cuyo nombre es conocida a la misma en Segovia, el enebro o como se conoce en tierras segovianas, el jabino o sabino. Para diferenciar los distintos compañeros de enebros nos detendremos a mirar y fotografiar sus hojas aciculares y pinchudas adaptadas también a este tremendo clima. El enebro de la miera o cada (Juniperus oxycedrus) presenta dos líneas blanquecinas mientras que el enebro común (Juniperus communis) presenta una única banda blanquecina.
Adaptados a estos climas extremos también encontraremos otros duros aguerridos que nos deleitan con sus aceites esenciales durante el verano, espliegos, tomillos y salvias. Y junto a éstos, tapizando de color estos ecosistemas en primavera, las matas de lino blanco que junto con especies de gramíneas, leguminosas, candileras, ajedreas, gamones, linarias y senecios constituyen el soporte alimenticio de la afamada cabaña de ganado ovino de nuestras tierras, por lo que al pasear por estos bosques no será difícil encontrarnos con algún rebaño saboreando los manjares que le ofrece esta tierra agradecida.
Para diferenciar los distintos compañeros de enebros nos detendremos a mirar y fotografiar sus hojas aciculares
Momento que podemos aprovechar para fotografiar uno de los oficios tradicionales de nuestra Sierra en peligro de extinción por su dureza y dedicación. Lo bucólico de esta estampa puede ser una imagen difícil de captar en no muchos años por el desarraigo a nuestra tierra y sus recursos y por el ínfimo valor que la sociedad le atribuye. Un mensaje que el fotógrafo de naturaleza debe saber captar para transmitir a la sociedad.