Cabra montés, tenaz escaladora

Llegada desde la Sierra de Gredos, desde hace décadas campea también por los riscos de la Sierra de Guadarrama 

`Especiario´
Por Diego Gil Muñoz

Esta vez dedicaremos este espacio a la especie más emblemática de la Sierra de Gredos, desde la cual se ha extendido al Guadarrama, es la cabra montés o íbice ibérico (capra pyrenaica). Se trata de un endemismo ibérico con parientes por toda Europa, de los que se separó como especie debido al aislamiento montañoso de la Península Ibérica. Vive dominando las cumbres de las principales sierras y cordilleras de España, así como las del norte de Portugal. 

Descripción

Debido al fuerte dimorfismo sexual de la especie podemos distinguir claramente a los machos de las hembras. Estas últimas tienen un peso de entre 30 y 45 kg, con 1,20 m de longitud y 60 cm de alzada. En cambio el macho es de tamaño mucho mayor; 148 cm de largo, 77 cm en la cruz, con un peso máximo de 110 kg. La hembra por forma y tamaño se parece mucho a una cabra, sin embargo los cuernos de los machos alcanzan el triple de tamaño que los de sus compañeras.

Hábitat

Es activa tanto de día como de noche, aunque lo es más por la mañana y a las horas finales de la tarde, al crepúsculo. Son muy sociables, aunque cambian a menudo de manada, la cual está constituida por algunos machos y el resto de hembras con sus crías. Todos se reúnen en la época del celo, noviembre y diciembre, protagonizando los machos violentos enfrentamientos cabeza contra cabeza.

En la época del celo los machos protagonizan violentos enfrentamientos cabeza contra cabeza

Habitan tanto en bosques como en praderas montañosas, entre los 500m y 2.500 m de altitud. Su dieta está formada por materia herbácea, aunque en invierno o en tiempos de escasez de pastos se vuelve más arbustiva.

Estado de conservación

Ya a finales del siglo XIX la población de cabra montés se hallaba al borde de la extinción, llegando a extinguirse la subespecie gallego-portuguesa. En 1905 el rey Alfonso XIII creó un refugio de caza en Gredos, aunque no sería hasta 1950 cuando empezaron a crearse reservas para la conservación de la especie, si bien en muchos casos con políticas proteccionistas inadecuadas.

No sería hasta 1950 cuando empezaron a crearse reservas para su conservación

Los principales peligros para esta especie es el riesgo de hibridación con la cabra doméstica, además de competidores introducidos con fines cinegéticos como el muflón y el arruí. Actualmente la población ibérica de cabra montés podría superar los 50.000 ejemplares, repartidos por las principales cordilleras.

Curiosidades

La caza de esta especie por el hombre se remonta a la prehistoria, primero el neandertal y después el homo sapiens, tal y como lo atestiguan la abundancia de restos óseos encontrados en cuevas que fueron habitadas en aquel remoto periodo histórico. Con el paso de los siglos llegó a convertirse en un preciado trofeo de caza, durante el siglo XIX cazadores de toda Europa intentaron hacerse con un ejemplar de esta especie.

Sus pezuñas son un impresionante diseño adaptado a la alta montaña. Los bordes son elásticos y la suela áspera, antideslizante. A su vez es dilatable y la articulación es extremadamente móvil. Estas adaptaciones permiten a la cabra moverse por lugares inhóspitos e incluso paredes verticales.

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