Sensaciones

Todos hemos visto alguna vez una foto que nos ha impactado. Hay fotos de guerras, de celebraciones, de pobreza, de besos…

`Instantes´
Por Mar Pinillos y David Martín

Todas esas instantáneas lo que buscan es desatar un sinfín de sensaciones en el observador. Todos los fotógrafos buscan captar esa imagen. En algunos ámbitos de la fotografía, sobre todo en la periodística, es relativamente más fácil conseguirlo que en otros. El fotógrafo de naturaleza no es ajeno a esa búsqueda, pero ¿se puede conseguir por parte de un aficionado? Nosotros creemos que sí. 

No vamos a obviar el `don´ que pueden tener algunos fotógrafos de naturaleza para obtener ciertas instantáneas impactantes, ni el precio ni la calidad de sus equipos y materiales (que seguramente más del 99 % de los lectores de este diario, incluidos nosotros nunca llegaremos a poseer). Sin embargo, defendemos que con cámaras y equipos más económicos, una gran dosis de paciencia y algo de imaginación y suerte, se pueden llegar a conseguir fotografías que nos hagan sentir algo.

Con paciencia y algo de imaginación y suerte, se pueden llegar a conseguir fotografías que nos hagan sentir algo

Quizás las fotografías de paisajes son las más comunes para crear esos sentimientos o sensaciones, muchas veces potenciados por nuestras vivencias o por la estación del año en que nos encontremos. Podemos observar el siguiente par de fotografías: se trata de la Alameda del Parral, una de las zonas favoritas de paseo de los segovianos, que forma parte del cinturón verde de la ciudad. Ambas fotografías están tomadas con una cámara tipo bridge.

Ambas fotografías están tomadas con una cámara tipo bridge

La primera de ellas, tomada en invierno, da una sensación de profundidad, a la vez que provoca un sentimiento de soledad y vacío potenciado por la desnudez de las ramas y la presencia de nieve. En cambio, en la foto tomada en otoño, la sensación es diferente. La presencia y colorido de las hojas en los árboles y el suelo evocan algo de misterioso e impenetrable. La sensación es de calma y de cambio.

Las hojas en los árboles y el suelo evocan algo de misterioso

La segunda escena capta el momento del canto de un macho de ranita de San Antonio (Hyla arborea) con el saco vocal completamente hinchado, realizada durante un estudio sobre anfibios, también con una cámara tipo bridge. A nosotros la imagen nos transmite perplejidad ante lo desconocido porque antes de estudiar estos curiosos animales, no habíamos observado su espectacular llamada a las hembras.

Las hojas en los árboles y el suelo evocan algo de misterioso

La última imagen, tomada con una cámara réflex, es la de unos líquenes sobre la corteza de un árbol. A simple vista se pueden distinguir varias especies distintas, pero si nos fijamos un poco más, se pueden ver las distintas rugosidades de la corteza, como si fueran las piezas de un puzzle tridimensional y cómo estos seres se adaptan a ellas. Además, los apotecios (estructuras reproductivas con forma de cuenco) de los líquenes parecen emerger y salirse del plano de la instantánea. La sensación que nos produce es la de complejidad.

Con estos ejemplos queremos demostrar que no hace falta tener un gran equipo para conseguir fotografías que `digan algo´. Todo está en los ojos del que mira y de la mente del que dispara.

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