La Sierra que humilló a un Imperio (II)

Continuamos con la segunda entrega de las rutas de iniciación al senderismo invernal en torno a los puertos emblemáticos serranos

`En ruta´
Por Felipe Colorado Lobo

«El general Montbrun echa pie a tierra y corre el primero a las trincheras para arrancar las empalizadas bajo una lluvia de balas. Los polacos siguen su ejemplo y las trincheras son conquistadas». Esto sucedía el treinta de noviembre de 1808 en la batalla de Somosierra, donde los lanceros polacos hicieron alarde de su valor frente a las fuerzas españolas

El recuerdo                                                                                                    En las vidrieras de la capilla del puerto de Somosierra podemos contemplar una vidriera que rememora estos hechos. Periódicamente se reúnen en el lugar ciudadanos de varios países para recrear la batalla, esta vez de forma pacífica. Para recorrer estos históricos parajes, disfrutando a la vez de sus maravillosos robledales y abedulares, visitaremos la llamada Dehesa Bonita.

Periódicamente se reúnen en el lugar ciudadanos de varios países para recrear la batalla

Punto de inicio                                                                                        Partiendo de Madrid y antes de alcanzar el puerto, avanzaremos por la vieja carretera N-I en dirección N, km 90.5,  a unos 300 metros del puerto, a la derecha, existe una pista guardada con una cancela. La tomaremos para adentrarnos en la dehesa boyal, finca comunal que reúne las últimas masas boscosas de abedul y roble albar de la zona, amén de serbales, acebos y avellanos.

Continuación                                                                                                En la cota 1.400 y tras una pequeña pendiente llegamos a una bifurcación en forma de tridente. Elegiremos el camino central entre las tres posibles opciones. Más adelante deberemos cruzar una vaguada cubierta de abedular y vegetación riparia. Desde ese punto comienza una moderada ascensión hacia el regajo del Hoyo. La ruta presenta en otoño un ropaje de hojas caídas y profusión de setas.

La ruta presenta en otoño un ropaje de hojas caídas y profusión de setas

La subida continúa en medio de una sinfonía de colores, el verde brillante orlado de rojo de las hojas y bayas del acebo frente a los tonos arena de los marcescentes robles. Durante la marcha nos encontraremos con grandes ejemplares de acebos, arracimados en frondosos conjuntos y un ciclópeo roble albar en la linde del sendero. Un viejo abrevadero en una pradera de cambroño marca el punto más elevado de la ruta.

Al mirador y retorno                                                                                   Un sendero desciende hasta los roquedos del río, allí un mirador preside las excelsas panorámicas de la Dehesa Bonita. Tras el descanso y la contemplación, volveremos sobre nuestros pasos, que a buen seguro nos brindarán nuevas perspectivas de la floresta. En total unos siete kilómetros de agradable senderismo.

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