¿Hay alguien ahí?

Una llamada que se convirtió en perdida demuestra la necesidad de incorporar agentes forestales en el Centro de Emergencias de la Comunidad de Madrid

V. Goded/. Término municipal de Canencia. Durante un paseo por esta zona, varios excursionistas encuentran cinco cadáveres de aves rapaces sobre las ramas de la copa del ‘Tejo Milenario’, un árbol catalogado como singular por su belleza. Preocupados, marcan el 112, esperando que haya alguna actuación oficial. Sin embargo, nadie acude al lugar. Cansados, deciden retirarse. Por otra vía, son informados de la emisora del Cuerpo de Agentes Forestales, número al que, por supuesto, llaman.

Al poco se persona la Policía ambiental de la comarca del Lozoya, quienes levantan los restos de los ejemplares -halcón abejero, ratonero, cernícalo vulgar, lechuza común y el cárabo común, todas ellas especies protegidas-, investigan los hechos e informan de lo ocurrido al Fiscal de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. No se trata del guión de una película, si no un hecho real.

Incorporación imprescindible

Por eso, al convertirse en un problema cotidiano, la Asociación Profesional de Agentes Forestales considera fundamental incluir a este tipo de profesionales al operativo del 112, para proceder en el rescate y localización de personas en el monte madrileño, recogida de fauna u otras situaciones de emergencia.

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