La variante de San Rafael continúa en punto muerto

Las reivindicaciones populares son desoídas por las administraciones, que ahora se escudan en la difícil situación económica

J. Vázquez/ El Espinar. Tras la apertura de la variante de Guadarrama, el incremento del tránsito en la N-VI, a su paso por la vertiente segoviana, sigue sin tener visos de solución. A pesar de las reiteradas demandas de los vecinos, los organismos involucrados mantienen la misma actitud; pasividad. El problema deja al descubierto las carencias de un plan viario cuyo diseño raya en el despropósito, y que ahora se intenta encubrir alegando motivos financieros.

Así las cosas, el aumento cuantitativo de vehículos por el centro de la población, crece día a día, máxime cuando nos encontramos en un momento delicado y los conductores optan por eludir la autopista, sobre todo el tráfico pesado que de éste modo rebaja en parte los costes de transporte aún a costa de aumentar el tiempo de recorrido.

Peligros e incomodidades

Mientras tanto, los residentes de éste núcleo, uno de los mayores de la provincia, permanecen sometidos a los efectos adversos derivados de una gestión nefasta sin que nadie asuma responsabilidades, y lo que es peor, padeciendo los peligros inherentes que conlleva una circulación incesante que ya ha producido serios accidentes.

Por otro lado, los índices de contaminación medioambiental, se han disparado  notablemente, agrediendo el medio e interfiriendo negativamente en el desarrollo de la actividad local, obrando en contra de los principales reclamos de la localidad.

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