¿Qué urbanismo defiende El Telégrafo?

El pasado viernes El Telégrafo publicaba un editorial que es toda una declaración  de intenciones. Era referente al Plan de Ordenación de Recursos Naturales de la Sierra de Guadarrama (PORN) del que sólo espera que permita construir de una vez

En esas líneas dejaba bien a las claras que cuanto antes se apruebe el PORN antes se liberarían las “actuaciones urbanísticas paralizadas”. ¿A cuáles se refiere? ¿A las de El Escorial en la finca histórica de Monasterio?,  ¿a las de Alpedrete a las que se opone un sin fin de instituciones públicas?, ¿a las de Galapagar donde se esconden miles de casas tras la reserva municipal de suelo? ¿a las de Collado Villalba y su hospital privado sobre La Chopera? Seguro que se refiere a todas estas y a otras muchas. Claro que es fácil comprender su situación.

La publicidad manda

Todos estos pueblos tienen sus esperanzas puestas (sólo los alcaldes) en urbanizar, como única forma de salvar las cuentas municipales. Y claro ahí está la madre del cordero, si las arcas locales engordan, aún a costa del patrimonio natural, puede que caiga más publicidad en el periódico, o por lo menos que se mantengan las que hacen ahora.

Las cartas estaban sobre la mesa desde hacía ya mucho tiempo pero ahora lo están más si cabe. Un medio de comunicación tan conocido en la Sierra como El Telégrafo quiere un PORN que deje construir de una vez, sin más. Da igual que proteja más o menos hectáreas, que deje fuera importantes enclaves naturales serranos o que permita actuaciones ilógicas, todo eso da igual. Lo que cuenta es que permita la construcción y rapidito además.

Todo un lujo demagógico

Además se permite el lujo El Telégrafo de criticar a Ecologistas en Acción a los que pide que expliquen su oposición “a los alcaldes que llevan años y años con sus actuaciones urbanísticas paralizadas”. Y repetimos la pregunta de antes ¿a qué alcaldes se refiere?, díganos el ayuntamiento para saber el urbanismo que le gusta.

Un sinfín de disparates, premeditados

Falta de visión de futuro, falta se sensibilidad medioambiental, falta de rigor informativo, falta de información previa…una larga lista de deficiencias en las que sin duda ha incurrido. Pero vamos que tampoco nos sorprende, sólo queríamos ponerlo en conocimiento de nuestros lectores, que siempre tendrán en EL GUADARRAMISTA una información sin doble fondo.