Aún podemos tener un Parque Nacional

Peñalara

Opinión de El Guadarramista/. Nuestro director hace un repaso a la actualidad informativa del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama, sirviendo como base para plantear una serie de actuaciones y medidas que facilitarían su creación.

El Defensor del Pueblo prende la mecha

A primeros del mes de junio los guadarramistas conocimos lo que el Defensor del Pueblo de Madrid, Enrique Múgica, opinaba sobre el proceso de declaración del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama. Desde su punto de vista tanto la Comunidad de Madrid (CAM) como la Junta de Castilla y León (JCL) están incurriendo en un deliverado olvido, “una clara falta de voluntad”, para crear de una vez por todas el tan ansiado Parque. Y todo ello deriva en favor de los intereses inmobiliarios que acosan endémicamente ya a la Sierra del Guadarrama, además de permitir otros tipos de aprovechamientos incompatibles a todas luces con la preservación del medio ambiente serrano.

Estas reveladoras palabras de Múgica se coronaron con una observación, que todos los amantes de la sierra hemos podido comprobar muy a nuestro pesar, y es que cada PORN (Plan de Ordenación de Recursos Naturales) que se presenta viene a recortar aún más si cabe al anterior, haciendo de él una caricatura de lo que debería ser. Vistas así las cosas vamos a intentar en este artículo lanzar algunas ideas o apuntes que bien podrían, con voluntad, enmendar los muchos deslices que se han comentido hasta el momento.

Lo local, la clave

Son muchos los municipios de la sierra en su vertiente madrileña que están  ya sea dentro o en el perímetro de transición del proyectado  Parque Nacional (PN). Cada uno de ellos lucha, esa es la palabra exacta, para que sus planes urbanísticos sean aprobados en Madrid, lo que en todos los casos siempre supone nuevas actuaciones urbanísticas que cierran más el cerco sobre la Naturaleza del Guadarrama.

Por todo parece muy interesante el crear una figura legal de carácter urbanístico que aglutine a todos esos municipios que quedan en las riveras del PN, como si dijéramos un Plan General de Ordenación Urbana plurimunicipal, modificando para ello la actual ley urbanística de la Comunidad de Madrid y siempre con el consenso de los municipios. Ya que simpre el PN debe representar una oportunidad, un proyecto de futuro para ellos, nunca lo contrario

Siguiendo con los municipios debería crearse un fondo económico participado por la administración regional y nacional con el fin de premiar a aquellos municipios que mejor conserven su patrimionio natural. Justo ahora sería un momento ideal para realizar en cada pueblo un examen de cómo se encuentra de salud el medio ambiente del lugar. Con esta valoración ya se les podría compensar económicamente con unos varemos predefinidos (escalas de protección). Una revisión anual de esos informes determinaría si el consistorio se ha involucrado en la protección o si no. Volviendo a compensar económicamente el erario público local.

Los serranos, otra de las claves

Pero las instancias políticas del municipio, con el alcalde a la cabeza, no es en sí el municipio. Los ciudadanos de a pie que viven en ellos deben erigirse como los futuros cuidadores y protectores del PN. Para ello la mentalidad que por desgracia triunfa en muchos de ellos debe cambiar. Y debe cambiar después de que desde sus ayuntamientos se haya recelado, sino criticado, la creación de esta figura de protección medioambiental.

Se hacen imprescidibles los programas informativos que aclaren y expliquen lo que es el PN a pie de calle, sin grandes eslóganes rimbombantes. Pero tan importante como esto son la creación de otras líneas de actuación como por ejemplo una bolsa de empleo derivada del PN a la que sólo puedan tener acceso los ciudadanos y ciudadanas de los pueblos que queden dentro del PN. La gestión del territorio que ocuparía el Parque necesitaría de una infraestructura potente en la que el factor humano va a ser una pieza fundamental, y del que se derivarán puestos de trabajo de todo tipo.

Esto ya se puede considerar una inversión, confiar en los serranos para que sean ellos los que engrosen las filas de los que lo van a proteger. Otras igual de  interesantes son las que posteriormente pueda realizar el Patronato del PN en los propios municipios de la zona, una inversión que beneficia a ciudadanos, ayuntamientos y al propio PN. Podríamos hablar por todo lo apuntado de un beneficio económico, social y medio ambiental

El escoyo de los usos incompatibles

Todos sabemos que hay una serie de puntos negros en el mapa del PN, son aquellos enclaves serranos donde se llevan a cabo actividades económicas que no son compatibles con la ley nacional que regula los parques. Hablamos de la extracción maderera ya sea en El Espinar o Valsaín y las estaciones de esquí de Navacerrada y Valdesquí.

Con respecto a las industrias madereras una de las soluciones que parecen más lógicas sería aquella en la que la Comunidad de Madrid (CAM) y la Junta de Castilla y León (JCL) unan fuerzas para comprar estas industrias o su expropiación, a lo que le seguiría un plan progresivo de cierre. Un plan que consistiría en establecer unos cupos anuales de extracción, que año tras año vayan aminorando su volumen hasta su cierre definitivo. Acompañado por una batería de compensaciones económicas y sociales para todos los trabajadores de estos centros, que tendrían prioridad a la hora de promocionar para acceder a un puesto de trabajo dentro del PN.

Si incompatible es la extracción maderera mucho peor son las pistas de esquí. Han causado un grave daño a los ecosistemas donde se asientan, su uso es cada vez menor, las temporadas cuentan atro tras año con menos días de pistas abiertas al público. Además el mejor ejemplo lo tenemos en las obras de desmantelación de las pistas de esquí que existían en el puerto de Cotos, entre Valdesquí y Navacerrada. Allí con la creación del Parque Regional de Peñalara se tomó la acertada decisión de la recuperación del entorno que habían destruidos los remontes y demás infraestructuras.

De nuevo la compra o expropiación de estas pistas es la mejor opción. En cuanto a sus trabajadores, siempre es interesante protegerlos con algún tipo de plan social y económico, aunque no se pueda comparar a los de las explotaciones madereras que antes se han nombrado.

Conclusión

Las propuestas que se han ido desgranado pueden o no ser válidas, pueden o no llevarse finalmente a la práctica incluso puede que no sean legalmente válidas, pero lo que está claro es que menos válida y legal es la actitud que mantienen tanto la CAM como la JCL. Ese pasotismo, que a muchos les parece propio de cualquier administración, es en realidad un descuido muy cuidado. Actualmente a ninguno de los dos gobiernos regionales les interesa meterse con un proyecto que en determinadas zonas de la sierra es verdaderamente impopular.

Pero son los ciudadanos y ciudadanas de la sierra, los serranos de corazón, que somos todos, porque todos vivimos a la sobra de estas montañas, los que podemos cambiar el rumbo de los acontecimientos. Con conciencia medioambiental y social, nacida de la acción conjunta de medios de comunicación y asociaciones pueden cambiarse las tornas. Que no se nos olvide que la pieza clave del PN son los municipios, y sus regidores y concejales los elegimos todos, elijamos por ello en las elecciones municipales a aquellos que tengan un proyecto claro a favor del PN.

Jonathan Gil Muñoz
(Director y editor)
elguadarramista@gmail.com

El Guadarramista

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