SEO/BirdLife advierte de que las altas temperaturas y la falta de lluvia afecta también a las aves
Redacción/. SEO/BirdLife pone de manifiesto que este calor extremo y la falta de lluvias en pleno inicio de la temporada de cría de las aves puede tener consecuencias en el éxito reproductor de las poblaciones de distintas especies que utilizan el barro para construir sus nidos, como los aviones o las golondrinas. La ONG advierte de que, en un escenario en el cada año se destruyen (legal e ilegalmente), cientos de nidos de estas especies, la falta de barro para rehacer los nidos agrava la situación dificultando su ciclo reproductivo.
Además, el calor puede hacer saltar prematuramente de sus nidos a las crías que ya han nacido y genera un sobreesfuerzo para los adultos que, si el nido está expuesto al sol, intentarán proteger a sus polluelos creando una sombrilla con su propio cuerpo y alas. Asimismo, hay que tener en cuenta los efectos que la falta de lluvia va a tener sobre la vegetación, que verá limitado su crecimiento y floración para sobrevivir en condiciones de estrés hídrico y, ofrecerán menos recursos a las aves.
¿Qué se puede hacer para ayudar a las aves frente al calor?
Como sucede con las personas, el calor somete a las aves a un gran estrés fisiológico. Para afrontarlo necesitan fuentes de agua donde beber para rehidratar su organismo y en las que poder darse baños refrescantes. El gesto más sencillo para ayudar a las aves a hacer frente al calor es facilitarles agua en ventanas, terrazas o jardines, en un recipiente adecuado y accesible para ellas, como un simple plato de maceta.

Nido avión común. ©SEO/BirdLife
Para paliar la escasez de barro para que los aviones y las golondrinas construyan sus nidos, se pueden habilitar enclaves con barrizales adecuados donde puedan recoger el barro que necesitan para formar la estructura del nido, intentando que sea lo más cerca posible a las zonas de nidificación para evitar una pérdida excesiva de energía en los trayectos para el transporte del material.
El gesto más sencillo para ayudar a las aves a hacer frente al calor es facilitarles agua en ventanas, terrazas o jardines
“En general, si las administraciones públicas tuvieran en cuenta la biodiversidad en el diseño y en la gestión del espacio urbano, este sería mucho más amigable para la fauna y también para las personas. Por sus características y a escasez de barreras naturales para amortiguarlos, las ciudades son especialmente vulnerables a los efectos de la emergencia climática, como las olas de calor”, asegura Beatriz Sánchez del programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife.