Un ave que no pasa inadvertida por su llamativa cresta
Especiario
Por Hugo Díez, geógrafo, ambientólogo y divulgador ambiental
El herrerillo capuchino es una pequeña ave de la familia Paridae que se encuentra distribuida a lo largo de las masas forestales europeas. No existe un consenso respecto a su nombre científico ya que tradicionalmente se le ha considerado del género ‘Parus’, pero en el año 2005 la Unión de Ornitólogos Americanos propuso incluirlo en un género aparte denominado ‘Lophophanes’ (Gill, Slikasy Sheldon, 2005). Es por eso por lo que en algunas fuentes se le considera con el nombre científico de Parus cristatus y en otras con el nombre de Lophophanes cristatus.

Herrerillo capuchino. (Foto: Sgbeer).
Descripción
Es un ave de unos 11-12 cm reconocible por su característica cresta curvada con plumas negras ribeteadas de blanco (Blasco-Zumeta y Heinze, sf). Esta cresta, que es un mechón de plumas en el píleo, podría ser la única diferencia entre los machos y hembras de esta especie ya que no presenta un dimorfismo sexual aparente, siendo en los machos más alargada. El color del plumaje del cuerpo es de tonos grises y pardos y en la cabeza y pecho luce un llamativo bandeado blanco y negro. Es un ave residente que permanece durante todo el año en España y aunque no es especialmente gregaria, en invierno se junta con más individuos de su misma especie o en bandos mixtos con carboneros o reyezuelos.
Hábitat
En España se le puede ver tanto en bosques de coníferas como en encinares o melojares, pero no aparece en zonas áridas ni en las regiones insulares. Está distribuido por todo el territorio de la Comunidad de Madrid, aunque es mucho más fácil encontrarle entre los pinares del Sistema Central. La IUCN (BirdLife International, 2016) ha considerado su estado de conservación como de “preocupación menor” y en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas se encuentra catalogado como “de interés especial”.
Puede parecer que la amplia distribución del herrerillo capuchino se debe a su relación con los bosques de coníferas que se han visto incrementados por todas las reforestaciones realizados en la península ibérica. Sin embargo, Díaz (2003) expone que esta ave nidifica en agujeros en árboles generalmente viejos y muertos. Así pues, como la gestión forestal realizada en los monocultivos de pino no favorece este tipo de árboles, no existen evidencias de que la distribución del herrerillo capuchino esté relacionada con las plantaciones de coníferas. De hecho, en España, sus mayores abundancias se registran en alcornocales y pinares de pino negral.
“En España se le puede ver tanto en bosques de coníferas como en encinares o melojares, pero no aparece en zonas áridas ni en las regiones insulares”
Curiosidades
La alimentación de esta ave es principalmente insectívora, aunque también está compuesta por semillas y frutos. Por su depredación sobre orugas, se les ha considerado junto a otros páridos como un controlador biológico de plagas. Aunque se ha intentado aumentar su abundancia en las masas forestales disponiendo de cajas nidos, el herrerillo capuchino muy raramente ocupa nidales artificiales (Díaz, 2003).