Ginetas, el rastreo de la bella matadora

Sus indicios, a priori, pueden ser difíciles de encontrar, pero con los conocimientos adecuados, llega a resultar extraordinariamente sencillo 

Naturaleza al descubierto
Por Jorge Ortiz González, EIMA Escuela de Medio Ambiente y Alicia Page Quicios, bióloga
La gineta es un mamífero carnívoro de coloración moteada y hábitos semiforestales cuya distribución ibérica abarca casi todo el territorio peninsular. No está muy claro el momento histórico en el que las ginetas llegaron a nuestro país, sin embargo, parece innegable que sucedió hace más de 1.000 años de la mano del ser humano, de hecho, los análisis genéticos revelan que fue introducida al menos en dos lugares distintos de nuestra geografía, en dos momentos históricos diferentes (1).

Excrementos
Podíamos decir que el tamaño de las heces de las ginetas no se corresponde con el de la propia especie, estamos hablando de un animal de entre 43 y 55 centímetros de largo cuyos excrementos llegan a medir hasta 25 cm de longitud. Con respecto a su morfología, las deposiciones dejadas por esta especie, suelen presentar forma cilíndrica, gruesa y en ocasiones encontrarse plegados a modo de herradura.

“La gineta es un mamífero carnívoro de coloración moteada y hábitos semiforestales cuya distribución abarca casi todo el territorio peninsular”

Al analizar los excrementos con más detalle, con frecuencia observaremos restos de carne, normalmente de algún desafortunado roedor, otras veces en cambio encontraremos restos de plumas (por lo general en invierno y primavera), exoesqueletos de insectos o cangrejos (sobre todo en verano y otoño), restos de frutos como higos o moras (en otoño e invierno) e incluso gramíneas sin apenas digerir consumidas con fines purgatorios.

Sin embargo, aunque todo lo mencionado anteriormente puede ayudarnos en su identificación, normalmente será su número y localización lo que nos aporte la clave de esta, pues como es frecuente en entre los miembros de la familia de los vivérridos, las ginetas acuden siempre a los mismos lugares para defecar (letrinas), generando desde pequeñas agrupaciones de 3-4 deposiciones hasta concentraciones de más 500 heces amontonadas. Estas letrinas suelen situarse en superficies planas elevadas por encima de los dos metros de altura, como tejados de construcciones humanas, techos de “hides” para la observación de aves e incluso nidos de rapaces (2).

Huellas
Sí algo caracteriza a las huellas dejadas por las gineta es su tamaño extraordinariamente pequeño. Nadie podría pensar que un animal que alcanza el medio metro de longitud, sostiene su cuerpo sobre extremidades de apenas 2 cm de diámetro.

Al contrario que en otras especies de carnívoros como los tejones y los mapaches, tanto las extremidades anteriores como las posteriores de las ginetas dejan impresiones similares; huellas de morfología compacta y forma ovalada con cuatro dedos llamativamente pequeños y normalmente, sin impresión correspondiente a las uñas.

Comparación de huellas a escala de gineta, gato y garduña. Características de las huellas de las ginetas: 25 mm de longitud, 23 de anchura y 4 dedos. Infografía: Alicia Page Quicios.

Son las características mencionadas anteriormente las que nos permiten la identificación de sus pisadas frente a otras especies cuyas extremidades presentan una morfología similar como las garduñas, cuyas huellas llegan a medir casi 5 cm de longitud y casi siempre marcan uñas o los gatos que suelen marcar grandes y redondeados dedos que incrementan el tamaño de la huella hasta llegar a los 3-4 cm (3).

“Las letrinas de las ginetas suelen situarse en superficies planas elevadas por encima de los dos metros de altura”

Dónde rastrear ginetas
Como mencionamos anteriormente, las ginetas son animales de origen africano y como tal no soportan las bajas temperaturas, lo que no solo limita el área de distribución de la especie, sino también el uso del espacio realizado por cada individuo. Otro elemento fundamental en la vida de los carnívoros semi forestales son los árboles, pues les proporcionan el refugio necesario para su supervivencia. Por ultimo, las ginetas, al igual que el resto de seres vivo, necesitan alimentarse. En este caso, estamos ante un semi especialista en el consumo de roedores, lo que significa que será más abundante en áreas donde estos alcancen mayores densidades.

En la práctica, la unión de estos 3 factores (temperaturas suaves, presencia de árboles y abundancia de roedores), suele darse en los bosques de ribera, lugar donde la presencia de agua suaviza las temperaturas creando un microclima que permite el crecimiento de los árboles y aporta la humedad necesaria para favorecer la presencia de ratón de campo. Por supuesto, los bosques de ribera no son ni mucho menos el único ecosistema donde la gineta está presente, pero quizás sí sean el ecosistema más indicado para aprender a identificar sus rastros.

Sea como fuere, la emoción de encontrar rastros de la bella matadora, como la llamaba Félix, no tiene precio. Os animamos a que salgáis al campo y experimentéis en vuestras carnes la ilusión de encontrar indicios de la presencia de este hermoso animal.

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