Retrato íntimo del gran cazador ibérico

Como espectadores dentro de su hábitat, seguimos a la manada a través de sus dominios

J.M. Álvarez Navarro/. Nuestro protagonista, el lobo ibéirco que creemos conocer, no vive en frondosos bosques. Lleva años ocultándose en los más disparatados hábitats y ambientes. Vive al acecho, desde los oscuros rincones de la fantasía hasta prácticamente los núcleos urbanos.

El lobo, nuestro gran predador, es sin duda una portentosa figura, atento, infatigable y dinámico, en resumen un gran cazador. Vamos a seguirle con estas imágenes en sus correrías nocturnas.

El lobo, animal totémico de la península ibérica. Foto: J.M. Álvarez Navarro.

El lobo, animal totémico de la península Ibérica. Foto: J.M. Álvarez Navarro.

El gran cazador ibérico
A través de las fotografías, podemos ver las distintas pautas de conducta en la organización social de la familia, observando su jerarquía dentro del núcleo familiar. Concluida la caza, el macho dominante aúlla avisando a la manada mientras, posiblemente otros machos más jóvenes, con alguna hembra, empiezan el festín.

Solamente si no disponen de presas, y exclusivamente en este caso, podrían atacar al ganado, en estos sucesos, los ganaderos son indemnizados por los posibles daños causados, aunque se ha demostrado que en un tanto por ciento muy elevado, estos ataques se producen por perros asilvestrados.

Deja un comentario