Víctimas del cambio climático en el Guadarrama

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado los efectos del calentamiento global

Katia Navas/. Los anfibios y reptiles son los más vulnerables al cambio climático en la Sierra de Guadarrama, principalmente, por la incapacidad de regular su propia temperatura corporal que depende de la temperatura ambiente. Esta es la conclusión del estudio elaborado por los científicos del CSIC, basado en modelos de la distribución actual de 94 especies amenazadas de la zona en función de factores topográficos y climáticos.

Estos modelos fueron proyectados hacia el futuro. Los parámetros de 2020 fueron obtenidos a partir del modelo del Plan Intergubernamental de Cambio Climático elaborado en 2001, mientras que el de 2100 se elaboró a partir de un modelo que aproxima los valores medios de los diferentes escenarios esperados para esa fecha.

Dos supuestos diferentes

Una vez desarrollados los modelos, el equipo calculó la distribución futura de cada especie bajo dos supuestos. El primero refleja la desaparición de especies por la pérdida de su hábitat debido a las nuevas condiciones climáticas desfavorables, más adecuado para los anfibios y reptiles por su dificultad para desplazarse; mientras que el segundo incluye que las nuevas condiciones pueden atraer a especies a lugares donde antes no se encontraban, más apropiado para las aves.

El estudio pone la lupa en el Parque Nacional

Según fuentes del CSIC el estudio se efectuó por duplicado en la comarca del Guadarrama: el primero tiene en cuenta un área de la Sierra en la que se proyecta crear el Parque Nacional de Guadarrama, mientras que el segundo amplía el estudio a toda la zona incluida en la Red Natura 2000.

Los valores calculados sobre tasas de extinción para 2100 replican de forma general los resultados de 2020 variando en vertebrados terrestres ectotermos y endotermos, que pueden llegar a seguir patrones opuestos y que los límites del recientemente propuesto Parque de Guadarrama, podrían no ser suficientes para la preservación de los ectotermos.

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