Canto-Los Hierros se consolida como un referente arqueológico a nivel europeo

Visualización de uno de los castra de asedio localizados, con indicación de su entrada en clavícula.Superando las 135 hectáreas, esta ciudadela situada en la cara segoviana de la Sierra de Guadarrama fue asediada por varias fortificaciones romanas 

Redacción/. El asentamiento prerromano de Canto-Los Hierros, situado en el municipio segoviano de El Espinar no deja de sorprender. Desde el pasado otoño, se presenta ya como un paradigma en el estudio a nivel europeo sobre la llamada Edad del Hierro y, según afirma Iván Aguilera, técnico del proyecto sobre este complejo arqueológico, «como una nueva oportunidad para revisar la expansión de la civilización clásica desde el Lacio, de aquel fenómeno que pondrá los cimientos mas distintivos de la vigente cultura occidental».

Para Aguilera, promotor del programa Atajo, así lo pone de manifiesto la investigación en curso tras unos resultados iniciales que no solo subrayan la envergadura del asentamiento, sino que, además, permiten corroborar la existencia junto a sus dos principales accesos de sendos campamentos de legionarios romanos. Si por un lado se ha desvelado para la ciudadela de Canto-Los Hierros los restos de hasta cuatro líneas de muralla, abarcando una superficie en la que cabría íntegramente el actual casco urbano de la villa de El Espinar, por otro, se han identificado varios emplazamientos entre los cuales, dos, ofrecen ya materiales fechados a mediados del siglo I a.C. y estructuras enmarcadas en los modelos castrenses tardorrepublicanos.

Al señalado alcance de estos recientes hallazgos se suma asimismo, siguiendo las interpretaciones valoradas por el equipo del proyecto, su posible relación, nada más ni nada menos, que con la presencia de Cayo Julio César como propretor en la Hispania ulterior. «Ciertamente no podemos saber aún cuáles serán las otras sorpresas que esconde esta iniciativa del programa Atajo en la que participan miembros del grupo de investigación Antea, de la sociedad de ciencias Aranzadi y de la empresa Dolabra Arqueológica. Sin embargo, no cabe duda, que en El Espinar se ha comenzado por recuperar el pasado con rigor para no perder más el futuro entre las quimeras del progreso», señala Aguilera.

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