La «Piggy-Family», un cuento muy real (I)

La cerdita vietnamita con sus cuatro lechones. (Foto: Karin Hammill).

Primera parte de un cuento que ahonda en la necesidad de no liberar animales exóticos en el medio natural

el Mirador
Por Karin Hammill
Erase una vez una cerdita que venía de muy, muy lejos, de un país en Asia, a unos 10.700 km de España. Este país se llama Vietnam y por sus orígenes la cerdita es de la familia de cerdos llamados vietnamitas. Ahora se pueden comprar en España. Y sucedió que una familia humana compró a la cerdita como mascota cuando era muy pequeñita. Pero no debemos comprar animales exóticos. ¿Por qué pensáis que esto no se debe hacer?

Cerdo vietnamita localizado en libertad en Miraflores de la Sierra.Ya sabéis, comprar algo permite que la gente piense que les pertenece y así pueden hacer lo que quieran con ello. Entonces cuando ya no lo necesiten o ya no lo quieran o les estorbe, lo pueden tirar. En el caso de animales, esto se traduce en abandono. ¡Imaginaros lo triste que se ponen los animales cuando de repente, y sin comprender nada son abandonados lejos de sus hogares! ¿Sabíais que vuestros perros realmente os escuchan y os entienden? Un perro es capaz de distinguir hasta dos mil palabras y comprender hasta 1.065 frases sin ningún problema. ¡Y un cerdito comprende y piensa como si fuera un niño de cinco años!

Volviendo a la cerdita, era muy feliz en su casa con su familia humana y pasaba los días con ellos, y comiendo, creció y creció y un buen día dejó de ser pequeña y ya no podía estar en casa. Por eso la abandonaron en medio de la nada. ¡Oh no! Perdida y triste, muy triste, caminó y caminó, cruzando la carretera para llegar a un sitio dónde se sintió a salvo. Y así llegó a una finca en Galapagar perteneciente al Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, al lado de las urbanizaciones Oasis y Nido de Águila. Unos cuantos tuvimos mucha suerte en conocerla. La cerdita al haber vivido con humanos se acercaba a muchos que paseábamos por ahí.

«La cerdita al haber vivido con humanos se acercaba a muchos que paseábamos por ahí»

Ejemplar de cerdo vietnamita fotografiado en Pelayos de la Presa.Sabíamos que no era buena idea que anduviera por ahí. Podría haber problemas con algunos perros, ya que los perros son cazadores. Y también, como los cerditos escarban toda la tierra en busca de comida, podría haber problemas con los vecinos, sin olvidar las afecciones al medio ambiente. Así que manos a la obra, a llamar a asociaciones que protegen a los animales. Después de docenas de llamadas nos encontramos con que ¡ninguna podía acoger a la cerdita porque estaban hasta arriba con animalitos abandonados! ¡Qué tristeza! ¿Sabíais que en España se abandonan casi 100.000 animales cada año? ¡Qué vergüenza!

Casi sin esperanza, logramos contactar con una que sí tenía sitio y se podía llevar a la cerdita ahí, a una gran finca. ¡Qué contentos nos pusimos! Así entre los vecinos y muchos voluntarios, un momento, ¿sabéis que son voluntarios? Voluntarios son personas que hacen cosas para ayudar a los demás o a los animales sin ganar dinero por su esfuerzo. ¿A qué molan los voluntarios? Esto ahora sí nos cuadra, hay mucha gente buena en España, pero ¿por qué no lo son con los animales? Después de todo, nosotros formamos parte del reino animal.

Dos cerdos vietnamitas en un ambiente doméstico.Bueno, seguimos. Entre todos intentamos coger a la cerdita, pero nadie tenía experiencia con cerditos. Todos sí que tenían mucha experiencia para ayudar a los miles de perros y gatos abandonados. Pero, ¿a una cerdita? ¿Os podéis creer que tiene una agilidad impresionante aunque pese al menos 60 kilos? Pues eso, los voluntarios lanzándose al suelo intentando cogerla y ella saltando antes que nadie pudiese cerrar las manos. Pasado un mes vimos que su tripita crecía un poco más de lo normal, ¡la cerdita estaba esperando crías! La mami-cerdita ahora comienza a preparar camitas para poder tumbarse y cuidar y dar de mamar a sus peques.

«Entre todos intentamos coger a la cerdita, pero nadie tenía experiencia con cerditos»

Y luego desapareció por dos meses o así. Y cuándo la volvimos a ver, ¿qué pensáis que vimos? ¡Sorpresa! Tenía a 4 pequeños lechones siguiéndola en fila india. Pues bien, imaginaos el peligro que los 4 cachorritos corrían con tantos perros listos para salir corriendo tras ellos. Más que nunca era imperativo cogerlos, ya que a los 3 meses los cachorros ya están activos sexualmente y pueden tener cachorros cada 3 meses. Con 3 hembras, y con una media de 4 cachorros por cada una (pueden tener hasta 15), con 2 hembras cada vez como muy conservador, ¡en un año podría haber hasta 48 cerditos pululando por el Parque!

Continuará…

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