Segunda parte del pequeño pero intenso cuaderno de viajes de una aventura invernal por las cumbres del Guadarrama
el Mirador
Por Félix Sánchez. Ecologistas en Acción
Esta travesía se realizó en solitario, sin requerimiento de ninguna infraestructura de apoyo, usando sistemas de orientación convencionales (mapa y brújula), usando GPS en situaciones de emergencia, como usé en los tramos nocturnos y con niebla y con un equipo ligero para un día, adaptado a cada una uno de los tramos. Las noches para evitar problemas logísticos las pasaba en mi casa porque, además, debía de cambiar el equipo de esquí según el tramo recorrido.
1ª Jornada: Puerto Somosierra-Puerto Navafría
Este tramo a pesar de ser el más largo y fácil técnicamente, sólo debía de seguir una pista forestal, fue el más duro. Después de desayunar en el Hotel de Somosierra eran las 11 h. Empiezo la travesía a 1.443 m y hay suficiente nieve. La nieve estába primavera y por lo tanto blanda y acuosa. Entrando en el Pinar tras pasar la Acebeda de Robregordo había más nieve pero aún más blanda. ¡En algunos sitios me llegaba la nieve hasta abajo de las rodillas con tablas! Abriendo continuamente huella me obligó llevar un ritmo lento que eternizaba mi marcha.
No veo ninguna huella humana, es paradójico en un Sierra masificada no encontrar huellas humanas durante decenas de kilómetros. Eso sí, vi algunas de cánidos de diferentes tamaños persiguiendo a un jabalí de gran tamaño.
Después me comentaron que podrían ser de la manada de lobos que merodea por la zona. Anochece rápidamente por las nubes empieza a soplar el viento y nieva copiosamente, cada vez hace más frío; la nieve recién caída hace que el manto de nieve se endurezca y por lo menos, deslizo con mayor facilidad. Nieva fuertemente la luz de mi frontal choca contra la cortina de nieve que hay enfrente de mí y me deslumbra continuamente. Esto me obliga cada cierto tiempo a apagar la luz para vislumbrar la dirección de la pista y no salirme de ella.
“Después me comentaron que podrían ser de la manada de lobos que merodea por la zona”
Paso el Puerto de Linera y noto el fuerte Cierzo que azota a la cara norte. A veces, me tengo que asir fuertemente a mis bastones para que el viento no me tire. Quedan ‘sólo’ 22 km para mi meta. Además mando mi último whasap y la batería de mi móvil por efecto del frío agudo se me descarga y me quedo incomunicado con el exterior. Dependo de mí mismo, no puedo cometer ningún error…
Tras creer en algunos momentos que podía estar por el lado segoviano. Una placa de límite de Parque Nacional me confirma que estoy en la buena senda. Por fin, veo la barrera de la pista y estoy en el aparcamiento de Navafría. Veo un coche aparcado con el motor encendido, qué suerte tengo, ¡me podrá llevar a Lozoya y allí llamar a mi mujer para decir que estoy bien! Observo con mayor detenimiento y es el coche de mi mujer con ella dentro y me da un vuelco el corazón de alegría. Mi mujer también grita de alegría. Estaba esperándome acuciada por mi mudanza y las insistentes llamadas de mis compañeros al no tener noticias mías.
Al poco viene Oscar y Carlos del Club de Montaña ‘La Najarra’ y llamo Jose Ángel para que anulara el operativo que Protección Civil de Guadalix estaba preparando y al GERA para anular la petición de socorro agradeciendo su pronta respuesta. En el puerto nevaba levemente y bajamos con cadenas; el termómetro del coche marcaba -7ºC. Es la 1:30 de la madrugada. A pesar del cansancio me arrullo en el asiento del coche y me siento reconfortado por la conducta de mis amigos…
2ª Jornada: Puerto Navafría-Puerto de Cotos
Tras la tormenta del viernes 4 de marzo, y comprobar que el temporal seguía el sábado 5, y como esta segunda etapa discurría por las cumbres de los Montes Carpetanos a más de 2.000 metros de altura y totalmente desprotegidos, decidí posponerlo hasta el domingo 6 de marzo, según las previsiones el viento aflojaba. En esta etapa, aunque la travesía la iba a realizar en solitario, me iba acompañar hasta el primer 2.000: El Nevero, mi gran amigo y compañero de esquiadas guadarrameñas, Oscar Díaz Martínez, presidente del Club de Montaña ‘La Najarra’ y gran divulgador del mundo de la montaña en nuestro pueblo.
“Tras la tormenta del viernes 4 de marzo, decidí posponerlo hasta el domingo 6 de marzo”
En este tramo no podía usar tablas de esquí de fondo por no tener cantos metálicos e ir casi el 95 % de la ruta por encima de 2.000 metros. La idea era llegar hasta El Nevero, a 2.208 m y allí decidir entre seguir por la cuerda de los Montes Carpetanos -si las condiciones lo permitían- o bajar con Oscar otra vez al Pto. de Navafría. Estábamos a -5ºC. en el Puerto. En el límite superior del Pinar, el viento era cada vez más fuerte y descendía la visibilidad y el frío. En el alto del Puerto, ya cercanos a los 2.000 metros, la visibilidad se reducía a una decena de metros. Nos guiabamos a través del GPS y la brújula porque la zona cimera es muy plana y no tiene grandes referencias. Entre la nieve y la niebla, hacía un todo como si estuviéramos entre algodón.
Los pocos pinos que estaban por allí estaban totalmente escarchados siendo pináculos de hielo. En la zona cimera había poca nieve acumulada por efecto del viento y había que tener cuidado para no rayar las tablas. Llegamos, por fin a la cumbre: sensación térmica de -17 a – 20ºC. Muy a mi pesar tuve que descartar de seguir por la Cuerda hasta Peñalara porque sería un suicidio y acompaño a Oscar hasta el Pto. de Navafría descendiendo por el alto valle del Cega por los Pinares de Navafría.
2ª Jornada: Puerto Navafría-Puerto de Cotos
Tras el fracaso del domingo día 6. Fui conservador y tuve que esperar hasta el viernes 11 cuando el viento aminoró a 20 km por hora. Esta vez es mi amigo Jesús el que me lleva al Pto. de Navafría y me acompaña hasta El Nevero, donde haremos la prueba del algodón, y veremos si en este día el Guadarrama me permite recorrerla o no. El viento en la cumbre es leve y me permite seguir por la cuerda aunque la niebla resplandeciente me reduce la visibilidad a un centenar de metros… Suficiente.
Levanta la niebla y me permite ver la totalidad de mi recorrido, entre el Pico Porrinoso y el Pico de la Cabra, donde se vislumbran las paredes de Hoyo Cerrado en su cara sur. Picos fáciles muy redondeados pero que si hay niebla es difícil orientarte por falta de referencias. Al fondo, sobresale entre la niebla residual la Cumbre de Claveles. Paso los diferentes puertos con rapidez; Puerto de Malagosto, Puerto de Calderuelas, Collado de la Flecha hasta el Collado del Reventón son las 18:30h. Aquí me abandona el muro de mampostería que dividía ambas vertientes serranas bajando a La Granja.
“Paso los diferentes puertos con rapidez; Puerto de Malagosto, Puerto de Calderuelas, Collado de la Flecha hasta el Reventón”
No hay huella, ni rastro humano. La sensación de soledad es indescriptible. Empieza anochecer y la njiebla me empieza a envolver con su manto gélido es el último tramo de la travesía, sin ninguna referencia me obliga a aminorar el paso para no perder el rumbo. En el Alto de los Poyales; 2081 m, 19:39h. Anochece ya, nula visibilidad por la niebla se me acumula el cansancio. Tuve que rectificar mi rumbo por 2 veces. La brújula la tenía que consultar constantemente y cada cierto tiempo el GPS, gracias a las baterías supletorias. Por fin, Collado de los Neveros, límite del antiguo Parque Natural de Peñalara; 2.096 m, 21:11h. Casi hora y media para hacer escasos 2km.
Decido ser conservador y a pesar de ser más largo recorrido, decido seguir la ruta de las lagunas en vez de subir a Claveles y Peñalara. En la laguna de los Pájaros veo las primeras huellas que me llevaran hasta mi meta. Allí en Cotos me esperan Juan y Jesús muertos de frío y me llevan a casa. Mañana es la última etapa, son las 23:50h.
La madrugada del viernes 11 al sábado 12. Al acostarme me empezaron a dolerme agudamente los ojos y no podía dormir. A la mañana fuí a urgencias. Tenía ceguera de nieve por tener quemaduras oculares. La niebla resplandeciente me ha limado los ojos sin darme cuenta. ¡El Guadarrama marca su Ley!. La última etapa debía de esperar…
3ª Jornada: Puerto Navacerrada-Puerto de Malagón
Martes 15 de marzo. Dia H. Tras la curación de mis dolencias oculares y animado por mi mujer, retomo el reto y me encamino a acabar la Transguadarrameña aunque sea de forma discontinua. Por desgracia, desde el viernes hace buen tiempo. Ideal para las cotas altas pero no para cotas bajas donde se derrite la nieve y no me permitirá usar los esquís. Desayuno en el Pto. Navacerrada. Hoy obligatorio gafas de sol todo el tiempo. Por los lugares que voy a pasar lo más apropiado son las tablas de fondo. Deslizo con rápidez: los Cogorros y Camino de Smith la nieve está rápida por la dureza que tiene las primeras horas de la mañana. A veces, me quito las tablas para no resbalarme.
“Martes 15 de marzo. Tras la curación de mis dolencias oculares, retomo el reto y me encamino a acabar la Transguadarrameña”
En la Fuenfría paso a la vertiente sur y dejo de ver seres humanos. Aquí la nieve está ideal. Llego al Collado de Marichiva por donde entro en el Valle de río Moros y me deslizo por las pistas forestales que rodean los embalses con una nieve increíble. El sol ha hecho su trabajo. Hacia la salida del Valle, cerca del Pto. de Guadarrama, las vistas a la Mujer Muerta son impresionantes. Debo desviarme para subir a la Cuerda que divide ambas Castillas por el Collado del Mostajo porque la pista forestal que llevo baja a la Estación de El Espinar.
Aquí en la Cuerda, por desgracia no hay suficiente nieve. Me descalzo las tablas y sigo hasta el Pto. de Guadarrama 5 km andando. Paso el Collado del Arcipreste y las líneas de alta tensión. Llego al Puerto alrededor de las 15h, me tomo un almuerzo. La subida a Cabeza Lijar, entro en la provincia de Ávila, me permite ponerme las tablas nuevamente hasta el Collado del Hornillo, cruce con la Sierra de Malagon. En la bajada al Valle de Enmedio, debo quitarme los esquís definitivamente. Anochece cerca de la Casa de la Cueva, paso el límite de Ávila y dejo los pinares de Peguerinos.
Entro en la Comunidad de Madrid por Santa María de la Alameda y tras 2 km, por fin, el Alto de Abantos, a 1.536 m. Sólo me queda bajar a San Lorenzo de El Escorial. Misión cumplida. !Qué pena que en este tramo no hubiera nieve suficiente para poder hacerlo esquiando! Mis calculos no estaban desencaminados. Si lo hubiera hecho 3 días antes, quizás hubiera esquiado por las pistas de Valle Enmedio y hacer todo el recorrido con tablas.
“Entro en la Comunidad de Madrid por Santa María de la Alameda y tras 2 km, por fin, el Alto de Abantos, a 1.536 m”
Conclusión
San Lorenzo de El Escorial 22:30 h. Tras 125 km y 3 jornadas agotadoras acabo esta aventura. A pesar de mi experiencia y los más de 30 años que llevo esquiando, el Guadarrama me ha enseñado que todavía tengo mucho que aprender de ella. La ceguera de nieve, la batería agotada de mi móvil… son errores que me enseñan y me hace ser más humilde ante La Montaña. Las montañas te permiten o no la culminación de tus planes o proyectos… He estado esquiando en Grandes Cordilleras como en los Andes, Alpes o Atlas he subido casi 5.000 metros y he hecho bajadas increíbles con tablas. Pero, sinceramente, creo que a pesar de estar cerca de nuestras casas, el Guadarrama no se desdice de estas Grandes Montañas.
Recorrer las solitarias mesetas heladas de los Montes Carpetanos teniendo como único compañero el ulular del viento me retrotrae a los altos valles de los Andes Centrales donde la sensación de soledad es similar. Este periplo en jornadas continuas es un reto que no se desdice de otras aventuras en latitudes lejanas. Además, ir en solitario me ha hecho aprender más de uno mismo y de la gente que me rodea, especialmente a Mar, mi mujer, que sin su apoyo y sacrificio esta singladura no habría sido posible. Además como me decía un gran amigo mío, Sergio Cabestrero, exguarda del refugio Pingarrón de Cotos: “El Guadarrama, a pesar de su sencillez y modestía, en Invierno se hace ‘Hombre'”.