Versos de Vicente Aleixandre y de Luis Rosales se hallan esculpidos en este conocido mirador de la Sierra
Milenaria Jaime Sanz BurdielEmpezaremos comentando el mirador de Vicente Aleixandre (1898-1984), poeta de la generación del 27, y Premio Nobel de Literatura en 1977. Desde este mirador se puede observar gran parte de la Sierra en todo su esplendor, y a sus pies se puede ver el camino a escasos metros que se dirige al mirador de Luis Rosales. En este balcón serrano se encuentran los siguientes versos Vicente Aleixandre:
“Sobre está cima solitaria os miro/ campos que nunca volveréis por mis ojos/ Piedra de sol inmensa, eterno mundo/ y el ruiseñor tan débil que en su borde lo hechiza.”Una anécdota curiosa sobre estos versos es que al no haber ruiseñores se colocó uno al lado pero se robó y repuso hasta tres veces, finalmente desapareció. Cerca de esta composición, hay un pareado de Antonio Machado dedicado a Francisco Giner de los Ríos:
“Oh, sí, llevad amigos su cuerpo a la montaña/ a los azules montes del ancho Guadarrama.”
El otro mirador esta dedicado a Luis Rosales, llamado Mirador-Posada y desde el que se puede contemplar el pueblo de Cercedilla. El poeta escogió personalmente los hermosos versos de su soneto El Pozo Ciego, escritos en una placa de bronce. También hay unos libros de Luis Rosales, al principio firmados y dedicados por el poeta pero se robaron varias veces. Ahora quedan en su lugar libros de poemas y cuadernos con las anotaciones de los caminantes.
A pocos pasos del mirador en una piedra hay otros versos muy emotivos del poeta dedicados a la Sierra de Guadarrama, que elogian especialmente a Cercedilla:
“Las noches de Cercedilla las llevo en mi soledad y son ya la última linde que yo quisiera mirar.”
