Por Somosierra con el rebaño de Jesús Garzón

Un viaje para redescubrir la cañadas del Guadarrama a través de sus antiguos usos transhumantes

`el Mirador´
Por Julio Vías (Periodista ambiental)
Desde la Sierra

En pleno siglo XXI, hablar de cañadas y pastores trashumantes o insistir sobre la necesidad de seguir usando las vías pecuarias para asegurar su conservación puede parecer algo así como cantar alabanzas al Paleolítico inferior. Sin embargo, no somos pocos los que pensamos que la trashumancia tiene futuro y que los pastores, hasta que llegue ese incierto mañana, deberían estar protegidos como lo está en muchos lugares el lobo, su ancestral enemigo.

Plenamente conscientes de todo ello, el pasado 15 de octubre un pequeño grupo de amigos acudimos a la localidad segoviana de Cerezo de Arriba en respuesta a la petición de ayuda que nos había hecho pocos días antes nuestro amigo Jesús (Suso) Garzón. Quería que le echáramos una mano durante un par de días en la complicada tarea de atravesar el puerto de Somosierra con el rebaño que está conduciendo hasta Madrid, una gran piara de cerca de un millar de ovejas churras y entrefinas propiedad de dos ganaderos de Zarzalejo, Javier y Adolfo Soriano, que han pasado el verano con su ganado en las majadas de la sierra de Cameros y que partieron de la localidad riojana de Brieva el día de San Miguel (29 de septiembre).

Desde entonces han cruzado el puerto de Piqueras, han bajado por la Cañada Real Soriana Occidental, y han atravesando parte de las provincias de Soria y Segovia hasta la confluencia de esta vía pecuaria con la Cañada Real Segoviana. El 30 de octubre, antes de llegar a su destino, cruzarán el centro de Madrid por la calle de Alcalá, junto a otras cuatro mil ovejas procedentes de Extremadura, sesenta vacas tudancas y avileñas traídas desde Cantabria y la sierra de Gredos, y cientos de pastores leoneses, burgaleses y cántabros, todos venidos por carretera para participar en la XVIII Fiesta de la Trashumancia, que organiza todos los años la Asociación Trashumancia y Naturaleza, fundada por Suso hace cerca de quince años, y el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino.

Hablar de la conservación de la naturaleza en España a lo largo de los últimos cuarenta años es hablar de Suso Garzón. Naturalista de vocación, autor de varios trabajos pioneros sobre la fauna ibérica, colaborador y amigo de biólogos y naturalistas ya míticos, como José Antonio Valverde, Javier Castroviejo y Félix Rodríguez de la Fuente, su incipiente fama creció como la espuma cuando en 1974 emprendió en solitario una dura batalla contra el ICONA, la industria papelera, y los terratenientes y alcaldes de varios municipios cacereños en su intento de salvar Monfragüe.

Este enclave natural, por entonces casi desconocido, estaba a punto de desaparecer por completo bajo la acción de las excavadoras que arrasaban sus laderas para repoblarlas con eucaliptos. Arrendando él mismo las fincas con dinero que tuvo que buscar hasta debajo de las piedras, y consiguiendo apoyos dentro y fuera de España procedentes del mundo científico y conservacionista, al final pudo detener el desastre y conseguir que Monfragüe fuera declarado parque natural en 1979. De lo visionario y providencial de su campaña de protección puede hoy dar fe el hecho de que este espacio natural haya sido declarado como parque nacional en marzo de 2007.

En 1984 Suso Garzón fue nombrado Director General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura, pero su carácter rebelde y poco acomodaticio con la hipocresía de la política le hizo presentar su dimisión en 1987, al considerarse maniatado en su intento de cambiar las cosas de una vez por todas en la gestión de la naturaleza en la región.

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