La Sierra de Guadarrama cuenta con unas doscientas parejas reproductoras de esta especie
Ana López/. Ésta ave rapaz necrófoga (se alimenta de carne muerta), declarada ave del año 2010 por SEO/Birdlife, cuenta en la Sierra de Guadarrama con un destacable contingente poblacional; unas doscientas parejas reproductoras conviven en esta sierra madrileña y segoviana focalizadas principalmente en el Alto Lozoya, los montes de Valsaín y Valdemaqueda.
Es una especie longeva, puede llegar a vivir sobre cuarenta años y es fundamental en la pirámide ecológica como agente sanitario, ya que al alimentarse de carne muerta, limpia el campo de cadáveres de fauna salvaje y doméstica.
Las principales amenazas no naturales de esta ave, a escala de conservación, son los venenos, las colisiones con tendidos eléctricos u otras infraestructuras, los disparos, los actos derivados de una mala interpretación de la gestión cinegética, las molestias humanas y el conflicto de intereses agropecuarios en el que se incluyen los problemas de cantidad y calidad de alimento disponible.
Ascenso poblacional
Gracias al esfuerzo del personal implicado en su conservación y estudio, a una mayor conciencia de la opinión pública y al buen entendimiento de las distintas administraciones públicas, la población guadarrameña de buitre negro viene mostrando un paulatino ascenso poblacional en los últimos años.
Esta especie, lleva habitando en los pinares serranos desde tiempo inmemorial, incluso antes que el propio hombre; cuenta con una envergadura alar que alcanza casi los tres metros, confiriéndole el honor de detentar la distinción de ave de mayor tamaño de Europa.
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