Sigamos alerta

En España siempre se ha asumido que todos los problemas que como sociedad tenemos, dimanan de uno solo, somos un pueblo que tiene pendiente su “revolución cultural” y por lo tanto, estamos de acuerdo en que los demás son los incultos y eso nos lleva a un estado de cosas inadmisibles

el Mirador
Artículo firmado por la Junta Directiva de Entorno Los Molinos

Pero ahí queda la argumentación, porque se ha visto poco a alguien admitir en público que la ecología le preocupa poco, que el medio ambiente es un asunto de los políticos, que el cambio climático es un problema de ciertos países industrializados, y que por lo tanto, arrojan a la atmósfera una cantidad ingente de CO2, que genera a su vez múltiples enfermedades que padecemos “los que estamos contra tal estado de cosas”…

Esta situación,  postura, o argumentación personal, tiene la osadía de esgrimirla quien no se siente involucrado en la solución, ya que “él/ella” no contamina; son siempre los otros, y por lo tanto, es a los otros a quien corresponde imponer la solución. Quien opina se siente victima y nunca culpable.

Desde esta Asociación Entorno Los Molinos, es nuestro interés en esta ocasión informar desde nuestro punto de vista acerca de los entornos más amenazados en el termino municipal de Los Molinos.

Río Guadarrama

Si bien la Asociación Entorno Los Molinos circunscribe sus actuaciones al término municipal de nuestro pueblo, la naturaleza no entiende de límites administrativos o políticos y, por ello, no podemos desvincularnos de realidades más amplias, cual es el Río Guadarrama.

Los Molinos está  situado en el lugar donde los dos arroyos que descienden de la Sierra (arroyos de la Venta y de Navalmedio) al unirse, forman el Río Guadarrama. Este, nuestro Río que da nombre a esta parte de la Sierra drena el pequeño valle  donde se sitúa Cercedilla en la cabecera, Los Molinos y Guadarrama en la zona más amplia.

Estas tres poblaciones han crecido y crecen en torno a su cauce, ejerciendo una presión urbana sobre el Río que incluso llega a producir un efecto barrera modificando los cauces de pequeños arroyos –estacionales o no-, y por el afán urbanizador  se  los da continuidad  entubándolos o modificando su cauce natural.

Entorno Los Molinos opina que este no es el único problema con el que se encuentra el Río a su paso por los términos municipales de estos tres pueblos. El urbanismo consentido de las diferentes administraciones ha permitido construcciones a escasos metros del cauce, dentro de la zona de servidumbre y en algunos casos incluso dentro del dominio publico hidráulico.

Esta invasión constriñe su cauce y crea “islas” en las que los márgenes aún se mantienen en un entorno de prados y vegetación típica de ribera, en contraposición de otras zonas en donde su cauce es un simple paso de agua delimitado por muros de piedra y, a continuación, las construcciones. Un ejemplo   muy ilustrativo  es la zona comprendida entre la Estación de Ferrocarril de Cercedilla y la ermita de Sta. María y parte del casco Urbano de Los Molinos. De todo este desenfreno urbanístico, sin respeto por el Medio Ambiente y sin una política que regule por parte de la comunidad la vertebración de un entorno natural supramunicipal, es difícil crear un entorno del Río Guadarrama que sea un digno regalo para futuras generaciones.

Unido al problema urbanístico, en toda la zona nos encontramos con fincas donde por omisión, falta de control, dejadez o cualquier otra forma de ignominia, se consiente o permite la extracción de agua o el almacenamiento de materiales y residuos. Todo esto, en poco tiempo produce un deterioro irreversible de la zona de policía en el Río Guadarrama.

Hace varias décadas, paralelo a nuestro Río, se construyó dentro de su cauce un colector de aguas residuales, produciéndole pequeñas modificaciones en su estructura y transformando  su fisonomía. Al poco tiempo era perceptible el cambio producido en beneficio de la vegetación autóctona, recobrando un verdor  imposible anteriormente por unos vertidos que se realizaban directamente al cauce.

Esto que, en cierto modo, recuperaba la formación de su flora mejorándola, con el paso de los años vemos alguna deficiencia por la falta de su mantenimiento, lo que provoca que cada cierto tiempo se pueda observar como  el agua se transforma de limpia y cristalina a un color con diferentes tonos azulados, consecuencia directa de fugas o escapes periódicos en el citado colector. Estas incidencias se producen en varios puntos del Río a lo largo de Los Molinos, en el arroyo de la Venta en Cercedilla e incluso en los Reajos más altos del arroyo Navalmedio, por debajo del Pto. de Navacerrada.

Entorno Los Molinos, con toda esta enumeración de problemas, lejos de lanzar un mensaje catastrofista, y casi apocalíptico, hemos de entenderlo como la descripción de una degradación producida por la mano del hombre; por tanto, también en nuestras manos está el cambiar el rumbo de esta situación a todos los niveles: desde el vecino que a diario se pasea por el entorno del Guadarrama, a las administraciones locales -depositarias de la ordenación del espacio en lo más inmediato-, pasando por las instituciones de rango más amplio, como el Canal de Isabel II, la Comunidad de Madrid o la Confederación Hidrográfica del Tajo.

En Entorno Los Molinos entendemos que la creación de Parque Regional de la Cuenca Media del Río Guadarrama carece de sentido si arriba, donde el Río recoge la mayor parte de su mejor caudal, no lo cuidamos, respetamos sus zonas  de servidumbre y policía y hacemos de la cuenca receptora un lugar en donde el hombre y el Río convivan en armonía.

Extensión Norte

Esta zona son los prados que lindan con el término de Cercedilla, partiendo del casco urbano antiguo. Es el único sector por el que no se ha desarrollado la población, ello ha contribuido  a que se preserve una de las zonas de mayor valor natural.

Impiden estos prados la unión de las dos poblaciones en una indeseable continuidad urbana, y tienen su prolongación por la zona N.E., uniéndose a los prados de Cercedilla, lo que crea una unidad natural y paisajística de primer orden.

Es la zona receptora de todas las aguas que provienen de Los Arroyuelos, (una de las laderas de La Peñota), y está surcada por innumerables caceras de distintos cursos de agua que aún se aprovechan para regar huertas y prados, por ello es una de las zonas preferidas, entre otras, por las cigüeñas para buscar alimento.

El Chaparral

Constantemente amenazado por constructoras, se trata de un paraje casi virgen, ocupado como su nombre indica por chaparro o encina de pequeño porte. Enlaza con el monte de Jarahonda y con El Montecillo, ya en Collado Mediano, formando un conjunto de bosque mediterráneo de gran valor. Es especialmente apreciado por aves como el rabilargo y el mito.

Como ya hemos indicado, ha sido incluido alguna vez en el Plan General  de Urbanismo de Los Molinos como zona urbanizable. La última amenaza proviene del Plan de Carreteras de la Comunidad de Madrid, que lo atravesaría por medio, con la excusa de descongestionar de tráfico la entrada del pueblo de Guadarrama.

Otro tipo de amenazas están producidas por el abandono de algunas construcciones y su utilización para actividades no autorizadas. Estas representan un alto riesgo para la seguridad ciudadana y medioambiental de Los Molinos y términos municipales limítrofes.

Matalongiles

Zona llana de prados situada al S.O. de la localidad, a los pies de la emblemática Peñota. Un auténtico recreo para la vista, y lugar de esparcimiento atravesado por el arroyo Majaltobar, recientemente bloqueado en su cauce con el relleno con hormigón. En este espacio y a pie de monte abierto, se viene intentando fijar el proyecto de construcción de un polígono industrial, destruyendo otra zona de gran valor paisajístico.

¿Causas? Quizá es la falta de cultura medioambiental, de sensibilidad a largo plazo; son  ciertos proyectos urbanísticos del tipo que ya hemos visto en otras localidades cercanas y que desgraciadamente seguiremos viendo en nuestra sierra causas del deterioro del entorno. Si la ciudadanía no toma conciencia de su papel individual y colectivo, de que esta continua destrucción de nuestro entorno natural  tiene que tener un final.

No hablamos ya solo en función del proyecto de parque nacional, del que el término de Los Molinos formaría parte, sino de una protección auténtica, definitiva y global de la Sierra de Guadarrama, que nos libre de vaivenes políticos y económicos.

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