PACMA denuncia que los madrileños pagarán cerca de 260€ por cada cotorra que se mate

El partido animalista defiende el uso de métodos de control no letales y fomentar la convivencia pacífica con estos animales 

Redacción/. En mayo de 2021, el Ayuntamiento de Madrid puso en marcha un plan de control de cotorras argentinas y de Kramer con un presupuesto de tres millones de euros destinado a eliminar 13.000 individuos de 4.400 nidos «que, según sus explicaciones, habían una provocado una plaga que afectaba a la integridad del resto de especies convivientes por ser animales ‘altamente invasores’. Ahora, el Consistorio ha aprobado 350.000€ más», denuncia el partido animalista PACMA.

Según datos públicos, ocho meses después del comienzo de la campaña, en diciembre, sólo se había podido capturar, según informa PACMA, al 15% del total previsto. En julio de 2022, 14 meses después, la cifra ha llegado a 5.000; el 75% de ellas con red de libro (método que suele necesitar un permiso especial para utilizarse, por ejemplo, en la ya prohibida modalidad de caza del silvestrismo, aunque también se abordaron a tiros, lo cual levantó numerosas críticas). Sin embargo, «no hay constancia de que se haya realizado un nuevo censo tras el comienzo de las capturas, por lo que realmente no se ha podido determinar la efectividad del método, considerado como ‘cruel’ por numerosos colectivos, incluyendo a PACMA», advierte la formación.

El Partido Animalista presentó a comienzos del 2020, cuando comenzó a divulgarse la idea del exterminio, un dossier con soluciones ‘éticas y eficaces’ al Ayuntamiento de Madrid, acompañado de 32.000 firmas en contra del plan. Se les concedió en ese entonces una reunión con Borja Carabante, delegado de Medio Ambiente, pero no se les dio acceso a los estudios de elaboración del censo (el cual pusieron en duda) ni a la información relativa a las quejas ciudadanas. Ahora, en poco más de un año, Madrid habrá destinado 3.350.000€ en erradicar a una especie con un censo poblacional ‘poco claro’ sin tener la certeza del funcionamiento del método y pudiendo barajar opciones potencialmente más económicas y no cruentas, como la esterilización o el suministro de pienso anticonceptivos, sostiene PACMA.