En España existen un total de 507.020 explotaciones ganaderas activas, lo que significa que hay una explotación ganadera por kilómetro cuadrado
Redacción/. En el marco de su campaña ‘Ni Mu’, Greenpeace España ha presentado hoy, en rueda de prensa, un informe pionero titulado Macrogranjas, veneno para la España rural. Efectos ambientales de la ganadería industrial en el que desvela para la ONG la expansión descontrolada de la ganadería industrial en España y su enorme impacto medioambiental.
La calidad de las aguas subterráneas y superficiales en nuestro país es muy preocupante. Según los datos del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el 30% de las estaciones de control de las aguas subterráneas y el 50% de las superficiales indican una mala calidad debido a la contaminación por nitratos. Muchos son los pueblos de España que se están quedando sin agua potable debido a esta contaminación (a partir de una concentración de 50 mg/L de nitratos el agua deja de ser potable, debido a que puede generar problemas para la salud).
Por otra parte, el informe elaborado por Greenpeace también calcula la emisión de GEI por cada comunidad autónoma en el año 2019, con los datos oficiales del MAPA de producción ganadera, y concluye que, solo en ese año, la ganadería fue responsable de la emisión de 69,4 millones de toneladas de CO2 en nuestro país, siendo el sector porcino el más contaminante, con un 50% de las emisiones totales. Catalunya, seguida de Galicia y Castilla y León, son las comunidades que más contribuyen al cambio climático a través de la producción cárnica con un 30%, 12,1% y 10,5%, respectivamente, de las emisiones totales.
Según el informe de Greenpeace, la ganadería fue responsable de la emisión de 69,4 millones de toneladas de CO2 en España
En el marco de la Semana de Acción contra las Macrogranjas, mañana, 15 de octubre, se realizarán movilizaciones por distintas regiones del país “porque es urgente reducir drásticamente el número de animales en intensivo y apostar por una transformación del modelo productivo, uno que no siga destruyendo el planeta, respete sus límites biofísicos, fije población en el medio rural y proteja la salud de las personas”, señalan desde Greenpeace España.