Paisaje sonoro y visual en el corazón de Madrid

Argynnis pandora libando flores en el RJB. Autor: Antonello Dellanotte
El Real Jardín Botánico alberga un importante número de especies animales de forma estacional o permanente. Dos nuevas guías ayudarán al visitante a identificar sus aves y mariposas 

el Mirador
Por Clara Vignolo
Técnica en la Unidad de Programas Educativos del RJB
Comienza la primavera y con ella el sonido de las aves y los insectos se agudiza. Los mirlos cantan marcando su territorio a primera hora del día. Las currucas se asoman entre los arbustos y los carboneros se mueven inquietos de rama en rama. También comienzan a escucharse los zumbidos de insectos voladores que se despiertan del letargo de los meses de invierno y se desperezan con el calor y las fragancias de la nueva estación. Las ranas croan y su sonido nos permite adivinar la cercanía de una charca. Aunque parece que estamos describiendo una idílica estampa campestre, nos referimos a un lugar situado en el corazón de Madrid: el Real Jardín Botánico (RJB).

Láminas de las guías Aves del RJB y Mariposas del RJB. Autor: Pelopanton.

Esta zona verde de 8 hectáreas de superficie ofrece cobijo a un importante número de especies de animales como aves o insectos de forma estacional o permanente. Esto se debe a la gran diversidad de flora que alberga (alrededor de 5.000 especies de plantas). Aquí hay variedad de alimento y lugares de nidificación para que todo el mundo encuentre su sitio, ya seas una curruca (Sylvia melanocephala) en busca del polen y néctar de las flores del hediondo (Anagyrisfoetida) o una cotorra interesada en las ramas del almendro (Prunusdulcis) para construir su nido. También para los insectos como las abejas carpinteras que buscan su refugio en grandes troncos secos del jardín o las abejas solitarias del género Osmia que escogen pequeñas cañas para fabricar sus nidos como las que le ofrece el ‘hotel de insectos’ de la huerta. Cada especie de mariposa está asociada con una o varias especies de plantas nutricias donde pone sus huevos, de los que se alimentarán sus larvas. Un ejemplo es la blanquita de la col, que pone sus huevos en esa planta de la huerta.

Venir con frecuencia al jardín supone poder observar el ir y venir de la fauna y descubrir las estrechas relaciones que mantiene con las plantas. Por eso, las personas que mejor nos informan del despertar primaveral son aquellas que trabajan en jardinería como Eustaquio, Mamen, Pilar, Yolanda o Javi, que observan los cambios estacionales. Otras personas informantes son Eva e Irene, científicas del Enara, que acuden todos los meses al jardín a anillar aves y tomar datos, o el Grupo de Seguimiento de Biodiversidad de la Universidad Complutense que ha realizado censos periódicos de mariposas con el objetivo de estudiar sus poblaciones.

“Venir con frecuencia al jardín supone poder observar el ir y venir de la fauna y descubrir las estrechas relaciones que mantiene con las plantas”

El RJB, institución que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) fomenta el conocimiento de la biodiversidad. Como parte de este compromiso, acaba de publicar las guías Aves del Real Jardín Botánico y Mariposas del Real Jardín Botánico que ayudará a los visitantes a identificar aves y mariposas que habitan en el jardín de forma temporal o permanente, y conocer la relación que mantienen con las plantas.

Las mariposas son un grupo de insectos (Orden Lepidoptera) con un ciclo de vida que implica fases muy diferentes entre sí: huevo, oruga, crisálida y adulto. Por ello, en cada momento de su ciclo vital tienen un comportamiento y alimentación distinta. Las orugas, con un aparato bucal masticador se alimentan de hojas de plantas y flores. Cuando son adultas, su espiritrompa (una estructura alargada a modo de ‘pajita’) les permite libar el néctar de las flores. Son importantes polinizadoras y varios estudios sugieren que algunas especies transportan el polen largas distancias con importantes consecuencias genéticas para las plantas. En la península ibérica se conocen 235 mariposas diurnas. La guía de mariposas nos muestra las especies más comunes del jardín. Cada ficha de la guía ilustra la especie en su fase adulta y la oruga, que aparece junto su planta nutricia.

Curruca cabecinegra con polen de las flores del arbusto hediondo en la cara. Anillado en el RJB. Autor: Enara.

Curruca cabecinegra con polen de las flores del arbusto hediondo en la cara. Anillado en el RJB. Autor: Enara.

Las aves interaccionan constantemente con las plantas, ya que estas no solo les dan cobijo, sino que les proporcionan alimento. A cambio, ellas pueden ayudar a dispersar sus semillas. Un ejemplo de esta interacción es la que existe entre aves de pequeño tamaño como el petirrojo o las currucas, que consiguen dispersar las acebuchinas. Los zorzales y mirlos pueden dispersar frutos más grandes como las aceitunas. Aunque con menos frecuencia, también encontramos algunas aves polinizando plantas, como es el caso que hemos señalado anteriormente de la curruca que se alimenta del polen y néctar de las flores del hediondo cuando florece justo antes de la primavera. Además, las aves también buscan el cobijo en las plantas, como las cotorras que muestran preferencia por árboles robustos y altos como los cedros para la construcción de sus nidos.

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